Alejandro Botubol Bolaños (Cádiz, 1979) actualmente vive y trabaja en Madrid. El Espacio de Creación Contemporánea de Cádiz (ECCO) acoge hasta finales del mes de junio la exposición `Caminando en el color´, una propuesta espacial más allá de la pintura con la que ha intervenido dos salas abovedadas para comunicar de forma sutil a través de la luz de Cádiz, una evanescente materia que ha resultado fundamental en su forma de mirar.
Aurora Muñoz. `Caminando en el color´ es el título de tu primera exposición individual en un centro de arte contemporáneo, nada más y nada menos que en tu ciudad natal, Cádiz. Las salas 11 y 12 del ECCO albergan sendas instalaciones. ¿Qué nos podrías contar sobre ellas? ¿Por qué te has decidido por dos apuestas espaciales?
Alejandro Botubol. Estoy seguro de que Sara G. Arjona, comisaria de la exposición, y Lorena Benot, directora del ECCO, os podrían contar mucho y bueno de este precioso proyecto, cuyo germen nació durante mi estancia neoyorkina. Sara y yo decidimos sintetizar toda nuestra experiencia en los EEUU. `Caminando en el color´ no es más que un homenaje a mi ciudad de origen desde mi incursión en el otro lado del charco. En la bóveda 11 encontraréis una explosión de color que se hace realidad gracias a la propia luz de la ciudad de Cádiz. En la bóveda 12 hemos construído un altar que permanece estable con una luz rosa inmóvil. En ambas salas se pinta con el color luz.
A.M. ¿Cómo fue tu infancia en Cádiz? ¿En qué momento decidiste dedicarte al arte y por qué?
A.B. Desde pequeño dibujaba cómic manga con mi hermano Javi. Gracias a esto aprendí a dibujar con la mirada. Después, durante el instituto, los amiguetes me decían que había una carrera de Bellas Artes que me vendría bien estudiar. Yo iba por otro camino en Cádiz, hasta que una profesora de Griego, que "sabía latín", me animó a estudiar en la escuela de arte. Entonces me lo creí un poco. Luego me fui a Sevilla y continué la carrera.
A.M. La luz y el color son elementos protagonistas en tus obras. ¿Qué te impulsó a recurrir a ellos?
A.B. La luz de mi ciudad de origen marcó desde mis comienzos mi manera de concebir la pintura. Siempre recuerdo cuando empezaba a pintar del natural por las calles de Cádiz. Ver cómo la luz iba cambiando constantemente me hacía adquirir una mayor retentiva y análisis en las formas y los matices. La limpieza del cielo de Cádiz se debe a la luz que incide en el mar y se refracta en el aire. Esta energía adquirida durante mi adolescencia marca la vitalidad de mi trabajo.
A.M. De los artistas contemporáneos que trabajan con la luz como materia, James Turrell es uno de los más aclamados. Curiosamente, él también ha realizado una obra con luz de Cádiz. ¿Qué nos podrías contar sobre la obra de este artista en la Fundación Montenmedio?
A.B. No conocía la obra de Turrell en Montenmedio hasta el año pasado que decidí visitarla con unos buenos amigos. Descubrí a Turrell en `MoMA PS1´ de Nueva York durante el año 2013 y eso hizo que me interesara seguir investigando su obra de cerca. La obra que tenemos en Vejer de la Frontera es un lujo para los sentidos. La localización en ese enclave repleto de árboles es como un ovni posado en un oasis. Presumo de decir que tenemos uno de los mejores Turrell de Europa en Cádiz. Una obra grandiosa.
A.M. ¿Y sobre tu experiencia en el espacio `La bañera´?
A.B. Desde el año 2008, en el que mi buen amigo y artista Ismael Lagares y yo decidimos abrir el estudio, podemos decir que nos han ocurrido muchas cosas buenas. Inauguramos el taller con una exposición de arte erótico (`2 rombos´) en la que participaron más de 40 artistas de diferentes generaciones de la ciudad de Sevilla. A partir de ahí decidimos que el estudio, en el cual se trabajaba de manera intensísima, se convirtiera en un espacio creativo y dinámico que invitara a la gente de Sevilla a dialogar y a participar en colaboraciones con nosotros. Presentaciones de libros, programas culturales de televisión, exposiciones, Solo projects de artistas desconocidos... Fue un caldo maravilloso para el arte más jóven y la ciudad de Sevilla.
A.M. Gracias a la beca `Sevilla es talento´ tuviste la oportunidad de cruzar el Atlántico e iniciar un nuevo período de formación que tuvo lugar en The International Studio & Curatorial Program (ISCP) de Brooklyn, Nueva York. ¿Cómo fue tu residencia artística en la ciudad de los rascacielos?
A.B. En el ISCP estuve residiendo durante tres meses. Allí encontré un lugar con cantidad de artistas y curadores internacionales. Me llevo una buena relación con los coordinadores y la dirección del programa. Conseguí buenos amigos artistas, y a día de hoy seguimos compartiendo proyecto artístico. La beca supuso un buen impulso para comenzar en la ciudad y hacer el programa de ISCP. He de decir que durante mi estancia en NYC también hice los programas de RU (Residency Unlimited) y Flux Factory. Este tipo de residencias te relaciona con artistas y galeristas internacionales de todos los lugares del mundo. Esto te hace tener mayor perspectiva de lo que ocurre en el arte actual a nivel global.
A.M. Tras este viaje quedaste fascinado por la luz de la ciudad. ¿Qué comparaciones puedes hacer de la luz de Cádiz y la luz de Nueva York?
A.B. Me influyeron más los artistas norteamericanos y el movimiento de la ciudad que la propia luz. Quizá la terrible energía que desprende Nueva York hace que las cosas sucedan de manera más rápida y, en mi caso, más eficaces. Yo siempre digo que me llevé la luz natural del Mediterráneo a Nueva York para encender una luz artificial de neón en mi estudio de Queens.
*Foto izq: Detalle `Edwin church vive´ (2014). Foto dcha: detalle`High hopes´(2015).
A.M. Actualmente resides en Madrid y formas parte del elenco de artistas de Espacio Valverde. ¿Cómo está transcurriendo tu estancia en la capital? ¿Qué nos podrías contar sobre tu incorporación a la galería madrileña?
A.B. Llevo ocho meses en Madrid y la ciudad me ha acogido muy bien. Empecé con `Apertura Madrid´ haciendo una exposición individual en Espacio Valverde con un rotundo éxito. Después el espacio `OTR´, que vió mi obra en Espacio Valverde, contó conmigo para una muestra increíble en la que participaban artistas nacionales e internacionales. La muestra se llama `La Buena Estrella´ y sigue abierta actualmente. He participado en la feria JustMad, ArtLima... La cosa pinta bien. Tanto Jacobo como Asela (directores del Espacio Valverde) son grandes galeristas a los que quiero mimar y además son buenos amigos.
A.M. ¿Qué artistas te interesan?
A.B. Me interesan todos los buenos y también algunos malos. Todo artista que aporte algo positivo al mundo del arte. Me interesan los artistas con voz. El arte que contiene poesía, música, color, sabor... En definitiva, que emocione. Me gustaría meterme en la cabeza de un Paco de Lucía, Andrei Tarkovsky o Manuel de Falla.
A.M. En lo que va de año has expuesto tanto individual como colectivamente en diferentes ciudades del mundo: Málaga, Madrid, Lima, Cádiz o Nueva York. ¿Qué nos puedes comentar sobre tus futuros proyectos?
A.B. Está siendo un año muy productivo a nivel de proyectos expositivos. Esto me mantiene alerta para seguir produciendo. La verdad es que ahora veo que mi trabajo se empieza a valorar firmemente. No olvido nunca la cantidad de veces que me quedaba en el estudio de Sevilla trabajando día y noche sin ver horizontes claros. Lo único que me permitía continuar adelante era la fe en mi trabajo -y eso es algo que hace que los futuros proyectos se hagan realidad-. En los próximos meses participaré en Artsantander, Volta Basilea (Suiza), y para la temporada que viene estoy preparando un Solo Show en la `Grande´, galería módulo de Lisboa. Actualmente estoy esperando respuesta de varias residencias de arte internacional y me sigo presentando a convocatorias nacionales de arte contemporáneo.