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PABLO FERNÁNDEZ-PUJOL, ENTRE DOS MUNDOS
por Aurora Muñoz Publicado el 11 de Diciembre de 2015

PABLO FERNÁNDEZ-PUJOL > Limbo
 
ECCO - Cádiz
Hasta el 10 de enero de 2016

menudo, el tema de la muerte nos aborda. Ésta no es otra cosa que la lógica consecuencia de estar vivo, una realidad desconocida a la que inevitablemente nos dirigimos. En las distintas culturas que pueblan la Tierra, el concepto de la parca varía. Cada individuo la asimila de un modo muy personal a través de su historia, sus creencias y el contexto social, económico y religioso en el que se halle. Las civilizaciones se han ido enfrentado a ella inventando formas distintas de coronar sus vidas. Hay pueblos que miran el fin de sus días con miedo, como los países más civilizados de Occidente, que en la actualidad rehúsan hablar de los muertos al ser tema tabú. Sin embargo, también existen poblaciones que han convertido el día de los difuntos en fiesta nacional, como es el caso de México.

Las naves 07 y 08 del Espacio de Creación Contemporánea (ECCO) de Cádiz acogen, hasta el próximo día 10 de enero, la exposición ‘Limbo’, del artista Pablo Fernández-Pujol (Cádiz, 1977). En ella el tema de la muerte desempeña el papel protagonista. Sin embargo, en esta ocasión el autor ha proyectado la temática desde un punto de vista diferente que da cabida a otras formas de significado, donde la imaginación desempeña un rol esencial dando vida a nuevas creaciones. En pleno centro de la ciudad, sobre los muros del Mercado Central también se puede apreciar la obra del artista gaditano con la muestra titulada ‘Bichos’, donde se exhibe una serie de 17 paneles de acuarela de gran formato y aparecen toda clase de insectos, un trabajo realizado en torno al 2010.

El proyecto que podemos contemplar en el ECCO tiene su punto de partida en un viaje que Fernández-Pujol realiza a Palermo, Italia. Allí tiene la oportunidad de visitar las Catacumbas de los Capuchinos, unas catacumbas ceremoniales situadas bajo el monasterio de la Orden de los Hermanos Menores Capuchinos y que albergan una colección de más de 8.000 cuerpos incorruptos. Los hermanos capuchinos, a finales del siglo XVI, desarrollaron unas técnicas especiales de embalsamamiento que les permitían conservar los cuerpos en buenas condiciones, evitando la putrefacción. De este modo, los monjes cuando morían se dejaban expuestos a la vista en las catacumbas, formando galerías de momias seccionadas en diferentes salas dependiendo del sexo y del estatus social. Una de las leyendas que envuelven las catacumbas afirma que el cuerpo del pintor barroco Velázquez se enterró allí.

Este viaje le supone la puesta en funcionamiento de un proceso de investigación en el que trata los temas relativos a la muerte y el más allá según su propia experiencia. La muestra la integran cerca de una veintena de obras realizadas entre el 2014 y el 2015 que van desde la pintura, escultura, video e instalación, haciendo uso de una mezcla de recursos artísticos ya asumidos y experimentando a la vez con nuevas herramientas. Le interesa crear obras en distintos formatos y contraponerlas para, según sus propias palabras, «explotar todos los canales de comunicación y generar un conjunto de obras multidisciplinares que interactuarán y se amplificarán entre sí».

Nos recibe en la antesala ‘Requiem’, la tumba de Juan Zanganito, un epitafio de mármol tallado con una mirilla dando apariencia de una puerta. Una pieza curiosa cargada de metáfora que hace sentir al visitante observado desde el más allá. Junto a la obra que ilustra una mandíbula titulada ‘Tus muelas’, aparece un molar a gran escala perteneciente al escultor Quiñones. De esta manera se produce una interacción entre ellas desde sus respectivas formas. Le sigue ‘Ciclogénesis’, una vídeoanimación creada bajo la técnica denominada stop motion, una sucesión de imágenes fijas que aparecen a cierta velocidad creando sensación de movimiento. ‘Tetris’, es una pieza de granito tallado que recrea un epitafio donde, en lugar del nombre del fallecido, se muestra una partida del mítico juego en el que caen de la parte superior unas cruces. También incorpora a la exposición un esqueleto articulado de hierro del artista José María Díaz Pino que ejerce una relación recíproca con otro vídeo. Además forma parte de ‘Limbo’ una serie de dibujos al carbón y unas acuarelas en las que se representan enterramientos, momias, calaveras y huesos, donde se percibe claramente la huella de las catacumbas de Palermo.

En la nave 08 incorpora tres videos que engrosan el ambiente espectral y sobrecogedor. Hace uso de un sistema de símbolos que evocan al sentido de la muerte y que puede apreciarse en cada una de sus obras expuestas. En uno de los vídeos, ‘Danza de ánimas’, el viento inicia el baile de dos camisas que alude al anterior vídeo de la ciclogénesis explosiva y recuerda nuevamente a lo fantasmagórico. Para aumentar su significado y generar sensaciones, en la mayoría de los vídeos inserta pistas de audio donde aparecen códigos musicales.

`Limbo’ es una propuesta que va más allá de lo que tenemos entendido comúnmente sobre la extinción de la vida. Investiga acerca de los ciclos de la existencia, los restos de una realidad con fecha de caducidad, acercándonos a la materia oscura desde otro ángulo de visión donde destacan los guiños humorísticos y metafóricos. El inconsciente no repara en el paso del tiempo. Nada podemos hacer para atraparlo o retenerlo, aunque los monjes capuchinos supieron burlar hace siglos la inevitable oxidación y putrefacción de los cuerpos, hecho que hizo a Fernández-Pujol iniciar la investigación y posterior producción de los conceptos materializados en esta exposición. Amplía la mirada y entiende la muerte cómo inexorable destino de todo ser. «No temas a la muerte y no temerás a la vida», sostenía el filósofo griego Epicuro.

 

PRESENTE CONTINUO - Sevilla (España) - 2015 - ISSN 2444-5231
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