Lo Audio-visual
Comisaria > Alicia Ventura
Sala EP1, CICUS - Sevilla
Hasta el 12 de Julio de 2016
La creación artística, como es propio de ella, ha reflejado desde el primer momento la transformación de la cultura popular en la era industrial. El nacimiento del arte sonoro tuvo lugar en los años cincuenta y sesenta, al mismo tiempo que eclosionan otras tantas prácticas y corrientes aún vigentes hoy en día, buena parte de ellas de naturaleza multisensorial -como el arte pop o el cinético-, algunas otras diametralmente intelectuales -como el conceptual-, lo cual también es una forma de respuesta a las primeras. Llegado cierto punto, el purista se convierte en una rara avis; lo único que importa ya es expresar. Es el sino de los tiempos que se cumple a todos los niveles en las sociedades contemporáneas, hablamos de los procesos de hibridación, mezcla y antagonismo.
La confluencia de estas prácticas artísticas bajo el binomio visual y sonoro es el punto de partida desde el cual la comisaria Alicia Ventura articula el discurso de esta exposición; esta vez el medio va a ser el mensaje. No es necesario devanarnos los sesos en exceso para descifrar el sentido de tal o cual obra, -aunque no por ello deba dejar de ser interesante hacerlo-. Los focos están puestos en el espacio entre las piezas, en la conversación que naturalmente se constituye por su mera cercanía, a veces en el orden de la ironía, en la metáfora, en la disonancia o en la complementariedad. La obra invade el espacio circundante desde antes incluso de llegar al espacio expositivo, ya desde las escaleras la visita es recibida con un trabajo de Juan del Junco (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1972), En ‘El rebaño’ (2013) y ‘Lenguaje’ (2010-2013) reflexiona sobre la naturaleza de la comunicación mediante el silbo de los cabreros de la sierra, el espectador es guiado por los mismos al interior de la sala.
Una vez dentro lo primero que va a captar nuestra atención va a ser la extraña atmósfera formada por una multitud diluida de sonidos cuya procedencia nos es desconocida. Nótese, que si bien en la cultura popular el sonido es usado para agradar y seducir, en el arte contemporáneo no tiene por qué ser el caso. Del mismo modo que la fealdad es un tema legítimo sobre el que discutir en materia visual y muy fecundo en la historia del arte; la perturbación sonora, inquietante e inarmónica cuenta con no pocos seguidores, comenzando por el propio John Cage, padre del género. Por eso, como decíamos antes, lo importante, como decíamos antes, es transmitir.
El visitante experimenta el abanico completo de reacciones entre la hostilidad y la calma. Desde la proyección ‘Recoil’ (2002) de Sergio Prego (San Sebastián, 1969) o ‘Temblor de gente’ (2013) de Arturo Hernández Alcázar (México D.F, 1976) donde la tensión psicológica es densa y pesada; hasta la pieza de la videoartista cubana Glenda León (La Habana, 1976) donde el silencio producido al contemplar una nube pasando funciona como contrapunto necesario a la angustia producida por la anterior. El humor y la crítica política también tienen su lugar en el elenco de artistas con Federico Guzmán (Sevilla, 1964) y su pieza ‘Reggaera’ (2004) en la que ironiza sobre los prejuicios culturales a ritmo jamaicano. Encontraremos igualmente instalaciones de grandes dimensiones con un planteamiento interactivo como ‘Menhir Instalación 0’ (2015) de la pareja Coco Moya (Gijón, 1982) e Iván Cebrián (Cuenca, 1980) donde se explora el paisaje desde lo mágico, lo sonoro y lo táctil; junto a otras de artistas internacionales como ‘Fired but unexploded’ (2013) del húngaro Zsolt Asztalos (Budapest, 1974), obra expuesta en la Bienal de Venecia o ‘The two sisters’ (2009) de Susan Philipz (Glasgow, 1969) -ganadora del premio Turner 2010-.
Cabe reseñar que la muestra ha podido realizarse gracias a la colaboración del colectivo 9915. Esta asociación fue fundada en el 2012 por un grupo de coleccionistas privados de arte contemporáneo, entre los que se encuentran la colección DKV, la colección Los Bragales, Alicia Aza, Angel Nieto o la fundación RAC entre otros. Entre los objetivos de dicha asociación están la normalización y regulación de la práctica del coleccionismo en España, junto con su divulgación y docencia, a fin de familiarizar al público general con la misma e incidir así en una mayor vitalidad del tejido cultural nacional.
Cuando pensamos en adjetivos para describir los tiempos que nos han tocado vivir; el término audiovisual casi podría usarse como sinónimo de contemporaneidad. Aunque en un sentido más amplio podría decirse que toda esta era está marcada por el imperio de lo sensorial, es el televisor el objeto totémico que lo simboliza. Desde los años cincuenta este ha sido el medio y el fin con el que la maquinaria del consumo ha satisfecho nuestro creciente apetito existencial. En una calle comercial, en la televisión, en internet o en una revista, los estímulos de diversa índole se solapan unos a otros, inundando nuestra percepción, anestesiándonos frente a su influjo y entorpeciendo nuestra capacidad crítica. La reflexión artística puede presentarse así como la manera idónea de contrarrestar estos efectos adversos evidenciando cómo reaccionamos frente a ellos.