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JUANJO FUENTES: “UNO EMPIEZA A SER ARTISTA CUANDO LA GENTE LO TOMA POR TAL”
por Sara Blanco Publicado el 05 de Junio de 2015

Juanjo Fuentes (Málaga, 1961) visita Sevilla con la muestra titulada ‘Apaños’, su primera individual en la ciudad como parte del ciclo expositivo ‘La fiera de mi niña’, un proyecto que nace de la colaboración entre LAB y el colectivo de comisariado Crótalo&Triángulo. En este breve acercamiento a su producción, el protagonista nos habla de su doble faceta como coleccionista y creador.

Sara Blanco. ‘Apaños’ es tu primera exposición individual en Sevilla, una reunión de más de 70 piezas con la colaboración de otros artistas como Miki Leal, Isabel Garnelo, Chema Lumbreras, José Luis Puche y Emmanuel Lafont. Debe ser un proyecto importante para ti. Háblanos, por favor, de esta muestra y de tu relación con los artistas que te acompañan.

Juanjo Fuentes. Cada exposición que realizo es importante para mí… Hasta ahora, le he puesto la misma ilusión a una exposición en un bar, una galería o un centro de arte. Mi primera individual, titulada ‘Sobre Telas’, fue en un bar de Málaga que se llamaba Miss Noruega. La hice con mucha ilusión, aunque sin valorar verdaderamente lo que presentaba, pensando que sería la primera y la última que se llevaría a cabo. Se celebró gracias al empeño de José Kipfer, el propietario del bar, y yo acepté sin pensar en que podría tener el éxito que tuvo. En pocos días, ya tenía exposiciones programadas para dos años.

En cuanto a Sevilla, fue muy importante para mí en una época. Allí se expusieron y ejecutaron en 1992 varias exposiciones y trabajos del `Colectivo Agustín Parejo School’, donde yo colaboraba. Fue muy divertido y tengo muchos amigos que viven en Sevilla. Es una ciudad preciosa.

‘Apaños’ es un proyecto importantísimo, y que mis amigos me acompañen en esta nueva aventura es maravilloso. Cuando les conté mis intenciones, ninguno me dijo que no, sino que me agradecieron mucho que contara con ellos. Ya he visto las piezas que han elaborado basándose en una obra mía que yo he elegido para cada uno de ellos. El resultado es impresionante, se lo han tomado muy en serio. También tengo que agradecer a Crótalo&Triángulo (Pablo Rodríguez y Mamen Calvete) por su apoyo, así como al espacio LAB, por haber contado conmigo.

S.B. Tus piezas recuerdan a los ready-made de Duchamp, intervienes objetos ya existentes para concederles un nuevo significado ¿qué consigues con esta técnica?

J.F. Todo empieza cuando me llegan unas porcelanas que una amiga había heredado de su madre. Un día me puse a mirarlas y pensé en hacerles un cambio de imagen.Eran dos figuras masculinas versallescas, uno de los hombres hacía una reverencia y el otro estaba totalmente de rodillas. Los agrupé y los puse en una posición de meterse una raya de coca en una mesita baja. Decoré la mesa con botellas de alcohol, cervezas y bandejas de plata con rayas. También coloqué una tarjeta de crédito y turulos hechos con billetes, todo en miniatura. A partir de entonces, la gente me fue ofreciendo sus porcelanas, aunque yo también comencé a comprarlas en anticuarios y mercadillos.

S.B. ¿Por qué miniaturas? ¿Qué son estos pequeños instantes congelados?

J.F. ¿Y por qué no miniaturas? En 1994 llegué a Nueva York a pasar un tiempo. Allí, una amiga me regaló una cajita con una serie de personajes a pequeña escala, unos fotógrafos en miniatura que me parecieron increíbles. Un día, paseando por la zona alta de la ciudad, encontré una tienda de maquetas que tenía muñequitos en diferentes posturas y que realizaban todo tipo de trabajos. Empecé a comprar de vez en cuando y, años después de volver a  España los muñequitos salieron de sus cajas y comenzaron a cobrar vida con pequeñas secuencias que se me iban ocurriendo. Después se las regalaba a los amigos por sus cumpleaños y demás. En mi individual ‘La vida es así’, en el estudio de Ignacio del Río, es donde expongo por primera vez mis mundos diminutos. Además, me he dado cuenta de que, si no les pongo títulos a las piezas, la gente ve otras cosas que yo no había pensado y es muy divertido.

S.B. Utilizas un lenguaje irónico y basas tus impulsos creativos en el azar e incluso en lo onírico. En otras ocasiones has llegado a decir que tus obras son el resultado de un proceso en el que solo interviene tu propia diversión y que tus muestras no pretenden transmitir un mensaje específico. ¿A qué te refieres con ello?

J.F. Esto está mal expresado… Primero llegan las piezas, luego las miro y pienso en si aquel legionario estaría de otra manera en este momento, o si esta pastorcilla tendría ganas de otra cosa. A veces me cuesta más trabajo darle a la pieza una vuelta de tuerca, pero nunca llego a amargarme. Cuando empiezo a agobiarme, guardo el objeto y al tiempo lo retomo de nuevo y ya sale fácilmente. Sí es verdad que me lo paso bien creando estas piezas y, me rio, como se ríen las personas que las ven después.


* Foto izq.: Imagen del entrevistado. Foto dcha.: Vista de la exposición `Apaños´.

S.B. ¿En qué momento pasaste de ser coleccionista para convertirte en creador? ¿Cuál fue el detonante?

J.F. Nunca he dejado de coleccionar, aunque tampoco me dije a mí mismo “SOY COLECCIONISTA”. Me gusta el arte y he tenido suerte en codearme con este mundo desde muy joven. En realidad, siempre he ido recogiendo los platos y otros objetos antiguos de mi familia que cuando no querían yo guardaba. Con 12 años, mi cuarto parecía un pequeño museo. Cuando crecí, comencé a coleccionar arte. En un principio me las regalaban mis amigos artistas, pero después fui comprando obritas a plazos en galerías de arte. Como ya he dicho, también adquiría piezas en mercadillos y otros lugares. De todas formas, lo de ser coleccionista es un título que me ha dado la gente, la prensa. Lo mismo ocurre con el de artista, vosotros me lo habéis puesto, y yo lo llevo con agradecimiento. Uno empieza a ser artista cuando la gente lo toma por tal, ¿no crees?

S.B. Llevas años dedicándote al coleccionismo de arte contemporáneo, algunos dicen que incluso de manera compulsiva. Háblanos, por favor, de tu colección… ¿qué artistas la conforman? ¿qué tipo de piezas sueles coleccionar? ¿tienes especial apego a alguna obra en concreto?

J.F. Te contesto por orden de preguntas… Sí, llevo muchos años dedicándome a encontrar piezas y a comprarlas, también ha habido intercambios con artistas y regalos, sobre todo al principio. Lo de compulsivo… ¿yo cuento lo de ellos? ¡Qué sabe nadie!

Dentro de mi colección hay obras de muchos artistas, algunos muy conocidos, otros que solo hicieron un par de exposiciones y otros ni siguieran las han podido hacer. Tengo piezas de Chema Cobo, Abraham Lacalle, Joan Brossa, Gordillo, Pedro G. Romero, Curro González, Chema Lumbreras, Tracey Emin, Patricio Cabrera, Agustín Parejo School, Isabel Garnelo, Miki Leal, Juan del Junco, Pedro Álvarez, Dis Berlin, Javier Baldeon, José Luis Puche, Enmanuel Lafont, Rafael Agredano. Rogelio López Cuenca… podría seguir dando nombres, pero nos vamos a cansar. Perdonad a los que no he nombrado, sabéis que todos tenéis un lugar privilegiado en mis paredes. La mayoría de las obras, tienen una historia y una persona por medio. Hay muchas importantes por lo que no sabría cual elegir.

S.B. Desde 1992 realizas ediciones anuales de artistas a los que conoces o con los que tienes algún vínculo personal ¿Qué te lleva a realizar estas ediciones? ¿qué significan para ti?

J.F. Ya llevo dos años que no edito ninguna, ‘Juanjofuentesediciones’ empieza, como bien dices, en 1992 con una obra de Rogelio López Cuenca. El proyecto pretende convertirse en el medio para que todo el mundo pueda adquirir una pieza de arte a bajo precio. Los artistas ceden una obra gratuitamente y yo la edito en un soporte objeto, es decir, camisetas, platos, libros, etc. Todas han rondado los 70 o 80 €. Para mí significó y significa amistad. Con la crisis, la última edición se vendió poco y no se llegaron a cubrir los gastos de producción. Hasta entonces siempre había vendido la edición completa, que normalmente estaba formada por 100 ejemplares.

S.B. En 2012 participaste en la exposición ‘Souvenir’ junto a Martín Parr, para la que cediste gran parte de tu colección. ¿Cuál es tu relación con este artista? ¿Qué significó esta muestra?

J.F. Nuestra relación es cordial, lo veo poco, cuando viene a Málaga comemos con más amigos, y si voy a Bristol lo visito a él y a su mujer que es encantadora y habla un poco de español. Con él siempre nos entendemos, pero él no habla español y yo no hablo inglés. Tengo un problema con los idiomas.

La muestra fue una gozada, quedó maravillosa. La idea fue de Juan Pablo Wert, comisario de la exposición. Además, también fue un trampolín, pues se vieron por primera vez mis piezas de porcelana y miniaturas, que fueron un éxito. Empezaron a preguntarme si las vendía, y de esa expo me salió una colectiva en Barcelona.

S.B. Como malagueño con un amplio bagaje en el panorama cultural de la ciudad, ¿qué opinas del ambiente que se está viviendo allí actualmente? ¿qué diferencias encuentras entre la Málaga de hoy y la de hace 10 años?

J.F. Yo he vivido ciclos como este en varias épocas. Siempre ha habido personas, grupos, que han hecho cosas en Málaga desde finales de los setenta y mediados de los ochenta. Lo que ocurre en el ámbito cultural es que te vas haciendo mayor y te surgen responsabilidades que te obligan a ganar dinero, no puedes conformarte con que te den propinas. Cuando llega ese momento tienes que dejarlo o dedicarte a otras cosas, la vida se complica. Por este motivo se están creando todas estas iniciativas privadas en la ciudad, tales como Casa Sostoa, Villa Puchero Factory, la Casa Amarilla. Espacio Cienfuegos, etc.

En cuanto al tema de las instituciones… vamos a darles un voto de confianza. Yo me marché de una Málaga acabada en 1994 para volver en 2004. Es verdad que están pasando muchas cosas dentro del panorama artístico cultural… Esperemos que lo hagan bien y que los museos no se caigan por su propio peso.


* Imágenes de algunas de las piezas que componen la exposición.

Ver más sobre LAB Sevilla, Juanjo Fuentes.
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PRESENTE CONTINUO - Sevilla (España) - 2015 - ISSN 2444-5231
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