Javier Calleja (Málaga, 1971) inauguró ‘Long Way Home’ en Casa Sostoa, coincidiendo con la primera edición de la feria de arte contemporáneo Art&Breakfast. Mientras saboreábamos un café, además de integrarnos en el juego que al artista le gusta establecer con los espectadores de sus obras, tuvimos la oportunidad de conocer mejor su proceso creativo y entender en primera persona las razones de su éxito dentro y fuera de las redes sociales.

Lola Molina. ¿Qué hacías antes de estudiar Bellas Artes y qué te llevó a estudiar la carrera?

Javier Calleja. Antes de estudiar Bellas Artes me dedicaba al deporte... Sí, fui deportista en otro tiempo. Fue con 25 años cuando decidí empezar a estudiar arte. Siempre fui un buen dibujante. Supongo que un día pensé que sólo tenemos una vida y lo que no hagas en esta no lo harás en otra.

L.M. ¿Tienes algún referente artístico? ¿Cuáles son tus influencias?

J.C. ¡¡Tengo muchísimos referentes artísticos!! Y absolutamente todas las influencias que he podido acumular. No sabría decirte un referente concreto pero es fácil encontrar en mi trabajo desde Magritte hasta Rothko pasando incluso por Picasso, si lo buscas. 

L.M. En el juego con la escala de tus obras la balanza se inclina a favor de las representaciones diminutas, que configuran una suerte de microcosmos muy personal y reconocible ¿A qué se debe que desarrolles tu obra en formatos tan reducidos?

J.C. El formato reducido en mi trabajo tiene varias explicaciones... Desde la simple libertad que me da trabajar en esa escala hasta la imposibilidad de producir grandes obras. Tengo muchos proyectos de grandes dimensiones pero la economía es una gran barrera para realizarlos.

L.M. ¿Qué nos puedes contar de tu proceso creativo?

J.C. Mi proceso creativo es muy simple... Muchas horas pensando y divagando para realizar la obra en no más de una sesión. A veces me comparo con un acuarelista, el cual debe pasar horas observando para luego pintar con el menor número de pinceladas posibles.

L.M. Afirmas que te atrae el juego con el espectador que visita tus exposiciones. De ahí que la ubicación de las piezas -a menudo diminutas-  sea de lo más inesperado y obligue a todo tipo de maniobras para contemplarlas. ¿Cómo se gestan tus exposiciones? ¿Qué hay de azar y qué de planificación en tus montajes? Tengo entendido que a menudo creas proyectos específicos en función del espacio -un centro de arte, una galería, una casa- y decides la disposición de las obras sobre la marcha, durante su instalación en la sala…

J.C. Siempre hay muchas horas antes de realizar las exposiciones. Necesito saber bien qué espacio voy a intervenir e interiorizarlo. Pero una vez allí las piezas encuentran solas su ubicación. Si imaginamos a un niño jugando en una habitación es la comparativa más cercana al proceso de cómo mis piezas encuentran su sitio en el espacio.

L.M. ¿Cuál es el leitmotiv de esta exposición y por qué ‘Long Way Home’? ¿Qué ha supuesto exponer en Casa Sostoa?

J.C. Casa Sostoa es un proyecto que viene de muy largo... Antes de que se gestara esa sala ya hubo conversaciones al respecto. Por eso esa pieza era la más indicada para el proyecto y el título. Exponer en Casa Sostoa me sirve para ver mis obras en un lugar que no es una sala al uso. Es un hogar... Y pocas veces tengo la oportunidad de ver mis piezas instaladas en ese tipo de espacios.





L.M. Tu obra es un éxito en las redes sociales. De hecho, tras la publicación, el pasado año, de una de tus imágenes en Instagram, tu número de seguidores aumentó exponencialmente y comentas que incluso te han llegado encargos a través de Internet desde el extranjero. ¿Qué sientes cuando alguien a quien no conoces, que vive lejos, muestra en redes sociales alguna de tus obras habitando un lugar de su hogar?

J.C. Todos los artistas deseamos que nuestro trabajo sea visto en el mundo entero y, sin duda, Instagram es la red social más internacional que hay. Esta red me ha permitido enseñar mi trabajo en más sitios, y ver que tiene gran aceptación es una alegría. Hace tiempo que decidí realizar trabajos sólo para dicha red pero, poco a poco, esos trabajos encontraron un formato y ahora se venden como piezas únicas. Yo aprendí de Instagram e Instagram me dio las claves.

L.M. ¿Podrías hablarnos de tus próximos proyectos?

J.C. No soy muy dado a hablar de proyectos que no están realizados o cerrados, pero este año sí tengo dos que me ilusionan. En mayo expondré en la Galería Yusto-Giner de Marbella, y en octubre tendré exposición en el Centro de Arte de Alcobendas. Ambos son espacios espectaculares. Quizá haya otros proyectos pero...

L.M. Desde Málaga no dejan de llegar buenas noticias en relación a la cultura y el arte contemporáneo. La situación ha ido in crescendo desde hace una década. ¿Qué opinas de la situación de Málaga en el contexto andaluz, en relación al arte actual?

J.C. Málaga ha crecido muchísimo culturalmente desde hace diez u once años. La creación de instituciones y el apoyo por parte de las autoridades ha sido clave. Ha sido una apuesta que, además, el público ha sabido valorar y disfrutar. Quizá no estemos todos de acuerdo con todo lo que se realiza, pero la línea a seguir y el rumbo es el mismo, por lo que un buen puerto está asegurado.