A lo largo de la historia, el ser humano ha generado una serie de manifestaciones fruto de su desarrollo que cada comunidad ha ido conservando y respetando, y al mismo tiempo transmitiendo a generaciones presentes y futuras como herencia cultural propia. Estas expresiones se han convertido en aspectos definitorios de cada sociedad, hasta tal punto que el devenir de las mismas se ve salpicada por las ruinas del pasado. Es precisamente esta cuestión, el patrimonio nacional, lo que pretende recoger Jorge Ribalta (Barcelona, 1963), en sus obras expuestas en el Centro Guerrero.
‘Monumento máquina’, primera presentación en un museo del trabajo del artista catalán y primera retrospectiva del mismo, es el resultado de la dialéctica entre documento y la idea de monumento, creando una conexión con la producción histórica de un discurso sobre la identidad nacional de España.
Para ello, Ribalta realiza una lectura rigurosa de las fuentes, tal y como hizo en su día el gran teórico de la “factografía” Sergei Tretiakov, impulsor del movimiento de la fotografía obrera en la Rusia de Stalin, del que se confiesa gran admirador. Éste defendía un tipo de arte periodístico, descriptivo, objetivo, inmerso en los medios impresos y realizado por un nuevo tipo de autor-productor.
La articulación de la exposición en tres series ordenadas cronológicamente contribuye a su comprensión. En primer lugar, nos muestra ‘Laocoonte Salvaje’ (2010-211); posteriormente, ‘Scrambling’ (2011); y, finalmente, ‘Imperio (o K.D.)’ (2013-2014), esta última producida por el propio Centro José Guerrero y la Fundación Helga de Alvear con motivo de la exposición.
Muy importante para la interpretación de cada conjunto es su disposición. Las fotografías se organizan mostrando mosaicos de imágenes en blanco y negro que cuentan una historia abierta al espectador. Tal y como Ribalta comenta: «La fotografía es parte de las cosas, es un fósil, pero el montaje, que pone en relación las imágenes, les devuelve la vida».
La primera de estas series, ‘Laocoonte salvaje’, fue realizada a partir de la propuesta de Paco del Río para el proyecto Intervalo –que intentaba reunir flamenco y arte contemporáneo-, entre enero de 2010 y enero de 2011. En ella nos ofrece un repertorio de instantáneas donde busca una visión diferente de esta manifestación artística emblemática de la cultura nacional-popular española, desterrando los clichés heredados del lenguaje neorrealista. De este modo, realiza un repaso por los símbolos geográficos representativos por su historia, fotografiando tanto los lugares como la actividad que se produce en ellos. Podemos observar desde museos y centros, instituciones académicas y administraciones públicas, hasta agencias de músicos, estudios de grabación, locales de ensayo y lugares turísticos.
El título de esta primera secuencia no es baladí. ‘Laocoonte salvaje’ corresponde al primer verso de unos de los muchos poemas escritos por Federico García Lorca a principios de los años 20, cuando junto al compositor Manuel de Falla quiso revitalizar la cultura española mediante la reinvención del flamenco. El poema ‘Chumbera’ comienza así: Laocoonte salvaje / ¡Qué bien estás / Bajo la media luna! / Múltiple pelotari. Estos versos establecen comparaciones entre la naturaleza y las manifestaciones culturales, asociando la peculiar forma de la chumbera con el famoso grupo escultórico griego ‘Laocoonte y sus hijos’. Aunque en el siglo XVIII Winckelmann lo describió como paradigma del estilo clásico, Lorca vio en sus expresiones retorcidas y en sus miradas convulsas una forma de representación del “alma española”.
No es la primera vez que Ribalta ahonda en el mundo de la cultura industrializada. Ya en 2005 realizó fotografías hechas en el Sónar, el Festival Internacional de Música Avanzada y Arte Multimedia de Barcelona. En ellas, grupos de jóvenes sobre la hierba –Sur l’herbe, que es así como se titula la serie- posaban al estilo de la modelo de Manet en ‘Almuerzo sobre la hierba’.
Tras este primer conjunto, nos encontramos con ‘Scrambling’, donde, en esta ocasión es la confrontación de dos de sus fuentes lo que desencadena una suerte de imágenes sobre la Alhambra de Granada: el encuentro de la fotografía de Charles Clifford de la Torre del Vino (1858) en el libro de Roland Barthes ‘La cámara lúcida’ (1980). De nuevo, el título aporta mucho sentido a la serie, ya que abreva directamente de ‘Photographic Scramble Trough Spain’ (c.1864) de Clifford, una guía de la España de la época para extranjeros.
El artista nos muestra el monumento desde otra perspectiva. Se olvida de las expresivas instantáneas sobre la belleza del conjunto, revelándonos las relaciones y los procesos cotidianos que se suceden en el trabajo de difusión y conservación del conjunto patrimonial, es decir, las oficinas y trabajadores, las actividades de mantenimiento, el marketing y las visitas guiadas. De esta forma, relativiza este lugar icónico enseñando al público la otra cara del mismo.
La última de las series, titulada ‘Imperio (o K.D.), se trata de un conjunto de fotografías realizadas entre diciembre de 2013 y julio de 2014 expresamente para esta exposición. El hilo conductor de las mismas es la abdicación, retiro y muerte de Carlos V, y han sido ejecutadas en múltiples localizaciones de España y Europa, tales como Yuste y Cuacos de Yuste, Madrid y El Escorial, así como Granada, Bruselas, Bolonia y Lille, entre otros. Con estas imágenes pretende realizar una reflexión sobre el Imperio Español desde su origen, indagando en el hito de una figura fundamental como fue el Emperador Carlos. El conjunto se organiza, como si de una obra de teatro se tratase, en 3 actos, correspondientes a 3 momentos diferentes de la vida del Emperador, y la utilización del mismo como icono de mercado en la actualidad.
Con esta presentación de sus trabajos realizados durante el último lustro, Ribalta realiza una reflexión en torno a la idea preconcebida del monumento como objeto patrimonial representativo de la identidad nacional, mostrando el lugar simbólico como una máquina para el turismo y la difusión cultural. Al mismo tiempo, indaga en la presencia del pasado en la actualidad más reciente, formulando una pregunta: ¿Qué destellos del futuro proporcionan las ruinas del pasado?