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MANUEL LEÓN, DEL GRAFITI AL BARROCO
por Pamela Medina Publicado el 26 de Enero de 2015

MANUEL LEÓN > Un mundo sin luz

Centro de Arte Contemporáneo - Málaga

Hasta el 8 de febrero de 2015

¿Qué pueden tener en común el barroco y el grafiti? A priori, no mucho la verdad. Sin embargo, y perdonando ciertas licencias reduccionistas, lo que hay de popular y universal en ambas corrientes configura un marco comparativo no tan descabellado a fin de cuentas. Arte popular y grafiti tienen una relación casi sinonímica, mientras que el barroco por su parte, asfaltó un terreno históricamente inhóspito entre arte y público. Estos dos estilos, tantas veces adaptados y sincretizados, coinciden en el movimiento, la energía y la tensión formal. Asimismo, el horror vacui tan característico del siglo XVII se apropia hoy de avenidas y plazas, a la vez que la recuperación de recursos ópticos de entonces, como la anamorfosis, sorprenden en la actualidad a espectadores cada vez más inmunes a los artificios visuales.

El saber común bien reconoce que la atracción entre los contrarios puede constituir una amalgama cultural indivisible y atemporal. Matrimonios de este tipo, como "lo sagrado y lo profano", subyace en los cimientos de gran parte de nuestras tradiciones. Ejemplo celebérrimo de ello es la Semana Santa, la cual, festejada a caballo entre iglesias y bares, alimenta gran parte del imaginario de un artista que nada con soltura en estas aguas duales: el sevillano Manuel León (Villanueva del Ariscal, Sevilla, 1977).

Con una carrera forjada en gran medida dentro de un contexto más bien urbano, la muestra `Un mundo sin luz´ es la primera realizada por el artista en un museo. Más de una década de trayectoria expositiva le ha permitido dar este salto con un estilo más consolidado y coherente con su propia personalidad. Cercano a las costumbres de su tierra, León se nutre del folclor para estructurar, a través de sus pinturas, un discurso crítico y satírico con la lucidez de aquel que sin apostatar, no teme a remecer su propia zona de confort.

Si hace algunos años la comparación entre romerías y festivales de música pop desembocaba en coloristas pinturas más cercanas a la abstracción, ahora -con una propuesta plástica que descansa plenamente en la figuración- pone a punto esta fórmula presentando en el CAC Málaga 10 lienzos y 32 acuarelas que hayan su germen en sus series gráficas de penitentes. Estos nazarenos, provenientes del universo del comic y representados en situaciones ciertamente humorísticas, han evolucionado hacia una pintura de corte más naturalista. Poco se conserva de la simpleza y economía de recursos de sus “caricaturas” primigenias, pero las hibridaciones temáticas que las caracterizan se mantienen.

Lo cierto es que León va dejando de lado ciertas referencias y aferrándose con mayor fuerza a otras. De hecho, sus singulares personajes enmascarados ya no tienen la exclusividad en el elenco de sus arquetipos. Otras figuras a cara descubierta conviven inmersas en nuevas escenas en las que el artista se entrega, ya sin reparos, al barroquismo  exacerbado y  a la reformulación de los estilos "grafiteros".

La composición de los elementos; la teatralidad, la expresividad y la gestualidad de los personajes; los celajes y el tratamiento del paisaje son, en los cuadros de Manuel León, un guiño al Barroco corroborado por el influjo de un imaginario religioso y mitológico que despeja cualquier duda en cuanto al origen ex profeso de este paralelismo. Por otro lado, trazos pictóricos de aspecto muralista, herederos de sus intervenciones públicas, conforman un juego de texturas, contrastes y color que complementa este binomio estilístico tan heterogéneo y a la vez tan congruente como su propio autor.

PRESENTE CONTINUO - Sevilla (España) - 2015 - ISSN 2444-5231
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