La temporada en la Galería JM de Málaga se inició con el proyecto `Espectros´ de la joven pareja Alegría y Piñero, una apuesta personal de su director Javier Marín que habla mucho acerca de la línea con la que trabaja desde sus inicios. Le siguió el trabajo del pintor Chema Cobo y ahora se puede disfrutar de la exposición `Alrededores´ de la sevillana Cristina Lama. Paralelamente a la programación principal se adecuó un nuevo espacio, `Columna JM´, que está enfocado al arte más joven de la ciudad. Comenzó el pasado mes de octubre con `Un film en train de se faire´ de Hadaly Villasclaras, continuó con la exposición `Fin´ comisariada por Pedro Alarcón y ahora puede verse el último proyecto de José Luis Valverde `Huile de poison´. Hablamos con Javier Marín en la galería para que nos cuente más acerca de este proyecto, de su galería y de otros temas de interés dentro del ámbito local y andaluz.
Javier Bermúdez. La galería, situada en el nuevo Soho, abrió sus puertas en 2001 centrándose en la promoción de artistas plásticos y visuales y con la intención de abrirse al exterior participando en ferias internacionales como son Arco, Hot Art Fair Basel o Art Dubai. ¿Puede contarnos cómo fueron esos inicios? ¿qué le llevó a decidir embarcarse en este proyecto que cumple 14 años?
Javier Marín. Mi inclinación por el mundo de las galerías y la gestión cultural viene de lejos. Tuve la suerte de vivir ciertas experiencias personales en torno a este mundo en mis años de infancia y juventud. Desde entonces siempre me sedujo la idea de gestionar un espacio dedicado a la programación expositiva, a generar debate a través de la creación actual que cuestiona el sistema y ayuda a entender este mundo en el que la realidad se nos presenta de forma distorsionada. También es importante apoyar la creación artística y proponer la cultura como un bien social que tanto contribuye a capacitar el pensamiento crítico, el razonamiento, la tolerancia y la libertad de las personas. Pero sobre todo, me seducía la idea de impulsar el coleccionismo del arte de nuestros días como formación del patrimonio del mañana que defina la historia del arte actual a las sucesivas generaciones…
En 2001 inicié el proyecto de la galería actual aunque en ese mismo local ya fundé en el año 1997 la Galería Marín Galy. Curiosamente por aquellos años, Málaga era un páramo, tan sólo estaba Alfredo Viñas como espacio privado y la corta historia de la democracia nos ha dejado constantes fracasos de proyectos galerísticos. La pobreza cultural de años y décadas anteriores provocó, y aún hoy se nota, que el gusto de las clases sociales más acomodadas fuera de corte académico y costumbrista. Los años en que la galería, tras impulsar y establecer cierto mercado local y nacional, consigue entrar en ARCO y despegar hacia mercados internacionales, son los más duros de la crisis, lo que nos ha lastrado significativamente esa línea ascendente de crecimiento de la galería, de expansión, de búsqueda y apertura de nuevos mercados para los artistas.
J.B. Desde el principio se aprecia la apuesta por un arte comprometido con lenguajes innovadores y críticos, que pueden oscilar entre la pintura, la fotografía o la instalación. A este respecto, ¿cómo definiría la línea de trabajo que ha seguido durante este tiempo?
J.M. La galería es un laboratorio en constante transformación. Vivimos profundos cambios constantes en la sociedad. Es la era de internet y las nuevas tecnologías nos presentan nuevos escenarios en torno al poder de la imagen, su transformación y canales de difusión. La galería es un espacio comercial, pero también debe ser un espacio de actualidad para la reflexión y el debate en torno a cuestiones que afectan a la sociedad y su forma. Desde esta perspectiva se hace necesaria la convivencia de todos los lenguajes contemporáneos, cualquier medio de expresión actual que permita contar algo.
* Obras de Cristina Lama en `Alrededores´, exposición actual en la galería.
J.B. Entre sus últimas exposiciones ha generado gran impacto la de la joven pareja Alegría y Piñero. ¿Esperaba que levantara tanta expectación? ¿Cuál cree que será el resultado de hacer convivir en un mismo espacio a artistas de renombre como Chema Cobo o Cristina Lama con la savia nueva de su actual proyecto?
J.M. Desde luego que pueden convivir artistas de diferentes generaciones en el mismo proyecto programático de la galería. Me interesan más los conceptos y las formas que edades o trayectorias y el criterio se basa en la calidad de los artistas y sus propuestas.
Una de las mayores satisfacciones como galerista es poder respaldar y promover artistas muy poco conocidos que tienen un potencial enorme como es el caso de la pareja artística Alegría y Piñero, a la que le hemos dedicado su primera exposición en una galería comercial y sus trabajos han teniendo un gran éxito de crítica y público, y han despertado un enorme interés en comisarios, críticos, museos y colecciones importantes.
En estos momentos contamos con el nuevo trabajo de la conocida pintora sevillana Cristina Lama, gran artista en alza y una de las mayores y personalísimas voces pictóricas de la última década en Andalucía, con un proyecto que evoluciona a través de las posibilidades expresivas de la pintura.
J.B. Acerca de su nuevo proyecto `Columna JM´. ¿Cómo surge? ¿Podría desvelarnos algo más sobre la programación?
J.M. Son momentos propicios para experimentar y ser creativos, para probar otros caminos. La reformulación del papel y las funciones de la galería han sido una constante. Grandes biografías de Kahnweiler, Peggy Guggenheim, Castelli, o la recién publicada de la galerista española Soledad Lorenzo nos dan cuenta de los cambios y la evolución del modelo de actuación a lo largo de la historia reciente. Hoy en día es clave repensar un nuevo modelo. En momentos de cambios socioeconómicos, de fractura política, y coyunturas adversas, y ante un escenario generalizado de centralización del mercado del arte en las ferias y bienales, en contra del interés por la programación expositiva de los espacios de las galerías; y las derivas hacia modelos de oficinas de gestión de la carrera de los artistas, se hace necesario potenciar el valor de la actuación expositiva.
En ese sentido, los diversos espacios de la galería me han permitido desarrollar esta doble programación simultánea con la idea de contribuir a edificar los cimientos de la nueva creación andaluza, dedicando un espacio a nuevos artistas del contexto local y andaluz para que el debate y la reflexión en torno a la nueva creación conviva con el mercado del arte.
El proyecto del espacio de la columna nace por la necesidad de generar ámbitos de dinámica de la nueva escena artística de la creación de proximidad. Málaga se ha convertido en poco tiempo, gracias a su Facultad de Bellas Artes, en el principal foco de la cantera andaluza de artistas plásticos y visuales, por lo que Columna JM se establece con total complicidad con las políticas de promoción y profesionalización de artistas de dicho Centro, potenciando el desarrollo del alcance social como instrumento agitador del arte contemporáneo en la ciudad. Hemos diseñado un programa comisariado de exposiciones, que es reforzado mediante publicaciones digitales de catálogos con textos y ensayos críticos, así como la celebración de un ciclo de sesiones de introducción a los procesos de investigación y producción de cada artista, encuentros profesionales y mesas de debate. También supondrá un espacio de oportunidad a nuevos comisarios además de dar visibilidad al trabajo de los jóvenes artistas y proporcionarles la oportunidad de introducirles en la escena profesional y comercial del sector.
Inauguramos el proyecto con una espléndida exposición de la artista malagueña Hadaly Villasclaras comisariada por Blanca Montalvo. Fue un proyecto en torno a la investigación y experimentación sobre las posibilidades narrativas de la imagen mediante el uso e hibridación de diferentes disciplinas y lenguajes. El segundo proyecto, ha sido `FIN´, una exposición comisariada por Pedro Alarcón, artífice de Casa Sostoa, en el que dos artistas recién formados en la Facultad de Granada (Cristina Ramírez y Javier Map), han dialogado en clave narrativa y poética sobre el fin de nuestros días, la devastación de la naturaleza, y los caminos hacia el refugio y la esperanza. Todo ello a través del dibujo, la escultura y el vídeo.
El último proyecto con el que contamos en el espacio es el de José Luis Valverde, otro malagueño formado en la facultad de Bellas Artes de Málaga y una de las mejores promesas de la pintura en la escena andaluza. Su trabajo responde a estrategias de descontextualización de la imagen pervirtiendo su naturaleza a través de la propia pintura. El proyecto expositivo, `
Huile de poison´ se concibe en un doble espacio compartido con la sala de exposiciones de la Facultad de Bellas Artes de Málaga y comisariado por Carlos Miranda.
* Obras de José Luis Valverde en `Huile de poison´, actualmente en Columna JM.
J.B. Carlos Miranda se encuentra precisamente entre sus artistas representados, es profesor de la Facultad de Bellas Artes de Málaga y uno de los artífices de la nueva hornada de artistas con proyección salidos de ella como Javier Artero, Gonzalo Fuentes, los hermanos Valverde o la propia Hadaly Villasclaras ¿Qué opina de la importancia que ha tenido para la ciudad la aparición de la Facultad? ¿Qué relación tiene con ella?
J.M. Como te decía, la facultad de Bellas Artes de Málaga se ha convertido en el principal foco de la cantera de artistas andaluces y la culpa de ello es la excelencia e implicación de su profesorado, en todas las disciplinas. Mantengo una relación estrecha con los profesores, alumnos y me interesa visitar sus talleres. El espacio expositivo de la Facultad funciona como un gran banco de pruebas para los alumnos. Hay una altísima calidad de las jornadas de prácticas artísticas y encuentros profesionales que organizan y les imprimen a los alumnos una dinámica de trabajo mucho más allá de la teoría y la práctica en la formación.
J.B. En 2003 nació, muy cerca de su galería, el CAC Málaga, ¿qué supuso para JM el nacimiento de este centro de arte? ¿Y para la ciudad?
J.M. El CAC Málaga es hoy por hoy un centro de arte contemporáneo de referencia mundial. Creo que es de justicia felicitar a su director y al equipo por su buena e intensa gestión. Indudablemente el CAC es una figura en la ciudad que tiene la capacidad de favorecer al sector y en ese sentido, la galería, más allá del lógico beneficio que supone su cercana ubicación, siempre ha tenido el apoyo del Centro. El CAC Málaga fue el primer museo o centro de Arte que se abrió en la ciudad ante otros que se han ido sumando con posterioridad en un escenario en el que tan sólo teníamos la Casa Natal de Picasso y la excelente colección del Museo de Bellas Artes embalada y almacenada a la espera de su definitiva reubicación. El CAC fue una gran apuesta del ayuntamiento por dotar a la ciudad de un gran espacio dedicado al arte contemporáneo, una apuesta muy necesaria para el bien de nuestra sociedad y su evolución, por la capacidad crítica que el arte contemporáneo tiene ante cuestiones globales que afectan a la naturaleza del ser humano. El CAC Málaga supuso el germen de una apuesta de modelo de ciudad basado en un modelo cultural. Desafortunadamente no todos los proyectos museísticos que se fueron originando con posterioridad tienen el mismo interés en sus contenidos, ni el modelo cultural de la ciudad parece enfocado a otra cosa que no sea la atracción turística como oferta más allá del sol y la playa. Necesitaríamos urgentemente medios y fórmulas de apoyo al sector cultural de la ciudad: programas de formación de arte contemporáneo en las escuelas, medidas de apoyo a los creadores, estímulo del coleccionismo y apoyo directo a las industrias culturales.
J.B. El Soho de Málaga se ha convertido en parada imprescindible para todo aquel aficionado al arte urbano. La zona está llena de graffitis de artistas internacionales como Obey o D-Face y también nacionales, como Manuel León, que intervino en la fachada de la propia galería. ¿Qué opina de esta explosión que le toca tan de cerca geográficamente?
J.M. Creo que ha sido otro gran acierto del Ayuntamiento reformar esta zona tan céntrica de la ciudad que permanecía semi-abandonada a nivel urbano, y articularlo a través de la actuación cultural. Fuimos pioneros en hacer algunos proyectos instalativos en la zona con las intervenciones temporales de Tea Mäkipää en la desembocadura del Guadalmedina y la de Isaac Cordal a lo largo de nuestro entorno urbano que ahora se llama Soho. Lo hicimos coincidiendo con sendos proyectos de los artistas en la galería, con un esfuerzo enorme, alguna ayuda y permisos de las administraciones, y con una pasión y satisfacción enormes. Recientemente ha llegado el MAUS, un programa amplio de actuaciones auspiciado por el Ayuntamiento, que ha supuesto un notable incremento patrimonial para la ciudad con interesantísimas intervenciones de destacados artistas urbanos locales e internacionales y un foco de atracción para los amantes del
urban art. Hay un notable incremento de visitas en la zona y me parece una buena estrategia de reforma urbana mediante la acción cultural. En contrapartida sufrimos la especulación inmobiliaria con la consecuente subida de los precios de arrendamientos de los locales y esto, para las galerías y el sector del arte es traumático.
* Foto izq: el galerista. Foto cent: proyecto de Isaac Cordal. Foto dcha: obra de Manuel León en la fachada de la galería.
J.B. A la par que se han ido cerrando galerías de tanto prestigio para la ciudad como la de Alfredo Viñas después de tantos años al pie del cañón, han ido abriéndose sedes de algunos de los museos o centros de arte más importantes del mundo como el Pompidou o el Thyssen, ¿qué opina acerca de ello? ¿Cómo ha afectado tanto el boom del turismo cultural, como la crisis económica al sector galerístico y a la suya en particular?
J.M. La no correspondencia entre el desarrollo de lo público y lo privado es el reflejo de un funcionamiento incoherente que además no pasa inadvertido. La precariedad de nuestro sector, que tampoco se corresponde en cantidad, aunque sí en calidad, con el tamaño y la categoría de nuestra ciudad, demanda actuaciones urgentes, no puntuales ni esporádicas. La comparación con capitales de similar o hasta menor entidad, como Murcia, Zaragoza, Vigo o Santander, resulta demoledora. Las razones están bien claras: ni más ni menos que el apoyo de un coleccionismo institucional y privado. La proyección de una imagen de ciudad comprometida con la creación actual y su coleccionismo, de una marca de referente cultural, pasa de manera inexcusable por la verdadera proyección internacional de los artistas y las galerías de la ciudad.
Recuerdo el caso de una periodista del New York Times que vino a Málaga a cubrir la apertura de los Museos Pompidou y el de la Colección Rusa de San Petersburgo y pidió al Patronato de turismo que le llevara de ruta por las más importantes galerías de arte contemporáneo de la ciudad… Tan solo pudo visitar dos galerías y quedó perpleja por la cantidad y dimensión de las galerías de la ciudad aunque no por la calidad de sus exposiciones.
En Málaga ya tenemos afortunadamente una amplia representación de todos los periodos del arte moderno y actual mediante importantes colecciones públicas y privadas: de la magnífica colección del XIX del Bellas Artes pasando por el arte moderno de la colección Rusa, Museo Picasso y casa natal, el Pompidou, la historia reciente en LaTérmica y llegando hasta nuestros días con el CAC Málaga. Necesitamos ahora crear colecciones privadas aquí y sería buen momento para reflexionar y pensar en plantear hacer aquí una gran colección pública de la historia de la ciudad. Es cierto que el CAC Málaga ya viene haciendo una importante colección de arte contemporáneo para la ciudad pero con recursos insuficientes para mantener una política de ingresos amplia y representativa de nuestra historia actual contextualizada con la escena andaluza, nacional e internacional. Málaga podría apostar por la formación de una gran colección con la implicación de todas las administraciones públicas y un amplio tejido empresarial de la ciudad. Una colección ejemplar que sirva de historia a las nuevas generaciones y que tenga capacidad de ofrecer una lectura de nuestro propio relato. Podría tener su punto de partida en artistas nacidos a partir de 1973, la fecha del fallecimiento de Picasso, centrada en la creación local y contextualizada con el panorama nacional e internacional.
J.B. Por otro lado está el florecimiento de espacios autogestionados como son Casa Sostoa, Espacio Cienfuegos o la Casa Amarilla. ¿Cómo ve el auge de este tipo de espacios? ¿En qué medida contribuyen al tejido creativo de la ciudad?
J.M. Pese al incremento de infraestructuras museísticas en los últimos años, el tejido arroja un saldo negativo en lo que respecta a su consolidación y crecimiento. Los indicadores de salud de este tejido son el aumento de interés por los productos culturales y su consumo. El aumento en la demanda de productos culturales se traduciría en una respuesta de mercado de lógica multiplicación en la oferta. El cierre de varias galerías comerciales denota que este fenómeno no ha llegado a producirse y que la demanda en estos espacios de la ciudad se ha reducido, causa de la desaparición del veterano Alfredo Viñas, galerista ejemplar que ha aportado muchísimo a la ciudad y ha impulsado a muchísimos creadores. Este panorama de precariedad del sistema está auspiciando nuevos modelos de espacios de asociaciones y agrupaciones de artistas para su autogestión ante su necesidad de establecer vías de desarrollo y visibilidad de sus trabajos.
* Foto izq: Javier Marín en el despacho elevado de su galería. Foto dcha: mosaico de obras de Cristina Lama.
J.B. ¿Cree que todo ello servirá finalmente para crear tejido artístico en la ciudad o será pasajero...?
J.M. Si realmente la ciudad apuesta por la cultura habría que elaborar un buen plan estratégico que desarrolle y potencie un modelo productivo y sostenible de nuestra industria cultural. Para ello se necesita la implicación de todas las Administraciones públicas, la complicidad de la ciudadanía y una amplia conciencia social, una apuesta decidida por parte de los medios de comunicación y el apoyo de las instituciones y el tejido empresarial de la ciudad.
J.B. En líneas generales, ¿cómo ve el panorama artístico andaluz? ¿Cuál cree que es el mayor obstáculo que tenemos y cómo se podría solucionar?
J.M. La Junta de Andalucía tiene competencias para la implantación de una Ley de mecenazgo que favorezca y estimule la implicación social en materia de cultura de nuestra comunidad. El alto nivel de nuestros creadores y la riqueza patrimonial que atesoramos son avales suficientes para que confiemos en la posibilidad de que las administraciones no tengan que destinar en un futuro próximo recursos económicos para su mantenimiento y favorezca a nivel tributario y fiscal el apoyo por parte del tejido empresarial y el sector privado mediante el mercado del arte y el patrocinio de nuestras exposiciones.
Lejos de apoyar al sector cultural o posibilitar que lo privado lo haga, la Junta ha desprotegido y maltratado al sector. Los artistas y las galerías andaluzas no podemos sostener nuestras actividades profesionales en esta comunidad por la histórica falta de sensibilidad y apoyo de los responsables de las políticas culturales. Acaba de terminar ARCO y tan sólo han participado dos galerías andaluzas, Rafael Ortíz y Alarcón Criado, ambas de Sevilla. La presencia en foros internacionales es prácticamente nula. Pero también de coleccionistas, comisarios, críticos, gestores y demás profesionales de aquí. Las actuales circunstancias tan negativas por las que atravesamos las galerías andaluzas nos mantienen en una situación insostenible. Todas las Comunidades Autónomas mantienen programas de apoyo destinados a favorecer que las galerías tengan presencia en los foros internacionales más importantes. Andalucía necesita proyectar a sus artistas contemporáneos y las galerías son las herramientas más efectivas para hacerlo. En Andalucía han desmantelado las pocas líneas de actuación de apoyo que mantenían en el momento en el que este apoyo podía contribuir a la búsqueda de mercados que paliaran las graves dificultades económicas por las que atraviesa nuestra comunidad. Necesitamos políticas culturales que ayuden y fomenten el sector, que posibiliten el aumento de cuota en el mercado y favorezcan la visibilidad, beneficiando a la propia creación andaluza y la promoción territorial del sector. Si las galerías andaluzas contáramos con un programa de apoyo estable y mantenido en años, obtendríamos un mejor desarrollo de nuestra función mediante la mayor presencia en ferias, foros especializados y el trabajo en red con nuestros colegas y profesionales exteriores para exportar un gran número de artistas de nuestra comunidad.
Otro de los modelos de apoyo el sector del arte contemporáneo andaluz es la inversión en arte y el compromiso por la creación patrimonial de nuestra comunidad y la constitución de posos de conocimiento y campos de investigación y reflexión para las generaciones futuras. Deben destinar recursos suficientes a los centros de arte contemporáneo de la comunidad, dotando especialmente al CAAC, buque insignia del arte contemporáneo de Andalucía, y que inexplicablemente no tiene ninguna asignación para ello, de una modesta pero razonable partida presupuestaria para adquisiciones en las galerías de arte contemporáneo de nuestra comunidad y posibilite la continuación de la colección pública de arte contemporáneo andaluz.