Ascendente proyección internacional, una consolidada presencia a nivel nacional y ahora todo un reconocimiento de su tierra con la entrega del Premio “El Público” de Canal Sur a las Artes Plásticas por su trayectoria y obra. Fernando Bayona (Montizón, Jaén, 1980) ha conseguido poco a poco posicionarse en el panorama artístico y afianzar una personal estética sobre temas que extrae de la realidad que le rodea y de su propio subconsciente, situaciones ambiguas que recrea a través de sus fotografías.
Clara Bajo. Sus obras muestran escenas veraces, reales o imaginarias, con objetos fácilmente identificables en nuestro día a día entre los que se insertan diferentes personajes, un conjunto al que imprime una personal visión que parte de la interpretación de sus propios sentimientos y emociones. ¿Hasta qué punto estos aspectos son autobiográficos o se pueden identificar con su entorno?
Fernando Bayona. Creo que al final es casi todo autobiográfico, en tanto en cuanto hay partes de mi trabajo, de mis imágenes, que sí que radican en vivencias personales. Pero en otras ocasiones, por el hecho de desearlas o querer vivirlas aunque sea de forma virtual, ya forman parte de ti. Por tanto, siempre todo lo que se produce yo considero que es algo tuyo. Los temas que suelo trabajar, como violencia, amor, desamor, mucha temática de género, son realidades paralelas que existen a nuestro alrededor y que yo evidencio con mi trabajo.
C.B. El carácter que imprime a sus imágenes consiste en una gran atención a la puesta en escena, los detalles y la creación del entorno, imprescindible para contextualizar y comprender bien el mensaje que se transmite. ¿Para crear estos decorados se inspira en escenarios que ha podido observar de forma directa, o bien son fruto de una concepción mental que exprese lo más exacto posible su intención creativa?
F.B. Son ambas cosas, realmente hay muchísimo de algo vivencial, con imágenes en algunas series muy decadentes con paredes sucias y humedades que me recuerdan a las casas de la aldea en la que me crié en Jaén. También hay referencias a las experiencias personales que he tenido a lo largo de mis viajes y las residencias en las que he estado, desde Túnez, Milán, Florencia, o Londres, hasta California. Pero también hay una gran carga que procede de mi imaginario personal a través del que me permito el lujo de recrear realidades para vivirlas de forma virtual. Por ejemplo, en la serie de los cuentos infantiles, ‘Long, long time ago…’, recurro al subconsciente colectivo y recreo los cuentos que me narraban en mi aldea, una aldea pequeña en la que la transmisión oral está todavía muy vigente en el día a día. Recuerdo los cuentos de mi abuela para recrear de forma física aquellas vivencias infantiles.
C.B. Su cuidada escenografía crea un paralelismo claro con el cine, ¿ha llegado a plantearse trabajar con el vídeo como medio artístico?
F.B. De hecho acabaré, o la consecuencia lógica sería acabar, no sé si en el mundo del cine, pero sí en el del cortometraje. Cada vez echo más en falta recursos vinculados al cine, las imágenes en movimiento, la música, la modificación del plano, ir más allá de las imágenes frontales y generales que empleo, y necesito a veces el plano corto para contar más historias y mostrar más detalles.
C.B. De igual modo, el estilo formal de su obra suele definirse en un punto intermedio entre la tradición pictórica clásica y algunas tendencias contemporáneas como el pop, el kitsch o el surrealismo. ¿Cuáles son las figuras artísticas en pintura, fotografía, cine… cuyo rastro e influencia puede percibirse con mayor claridad en su producción?
F.B. No es que me interesen algunos artistas en concreto, me influye todo. La música, los olores, la publicidad, algunos textos… Pero sí que hay algunos artistas que me atraen especialmente. En pintura Velázquez, Goya, Rubens… pero también Hopper como se puede observar en los interiores de ‘The life of the other’. En fotografía Joel-Peter Witkin, Erwin Olaf, Jeff Wall, Gregory Crewdson, una fotografía más escenificada en la que el artista recrea su imaginario personal dentro del estudio, controlando al milímetro la iluminación, los sujetos y objetos que aparecen dentro de la toma fotográfica. Me interesa muchísimo la escultura, Miguel Ángel. Yo no soy fotógrafo, ni estudié fotografía, me especialicé en escultura en mármol.
No tengo ni cámara fotográfica, trabajo con la fotografía pero no me considero fotógrafo. No soy un obseso de la técnica, ni de los complementos fotográficos, no me interesan ni los software. Algunos piensan que en mis imágenes hay mucha postproducción digital pero en realidad hay una construcción muy controlada en el propio momento de la toma. Todo se construye a partir de un boceto original y la ropa, los muebles, incluso la escenografía completa se hacen a medida. La iluminación es un pilar básico en mi obra y me enfrento a ella desde el concepto escultórico, lo veo todo como volúmenes. Genero un espacio cuadrado en el que inserto elementos, añadiendo y quitando barro para componer, para modelar a través de la luz a nivel escultórico.
C.B. ¿Cómo financia estos proyectos que requieren una gran inversión para su producción?
F.B. En cada escenografía suele haber una inversión mínima de entre cinco mil o seis mil euros que proceden principalmente de becas, aunque a veces me arriesgo y hago autoproducciones.
C.B. El resultado son imágenes llenas de simbolismo que llegan a alcanzar un cierto grado de encriptación. ¿Hasta qué punto desea que el misterio se desvele? Busca transmitir un mensaje claro y directo ofreciendo las claves necesarias para su correcta comprensión o prefiere plantear interrogantes que queden abiertos a una interpretación personal del espectador.
F.B. Siempre busco imágenes abiertas en las que el espectador dependiendo de su bagaje cultural o los acontecimientos de su vida le dé un sentido final a la toma fotográfica. Me interesan mucho las segundas y terceras lecturas que parten de los pequeños detalles que cuentan una historia secundaria y terminan de componer la psicología de los personajes. Prefiero que haya un lenguaje más rico y si se busca más información, se pueden leer los textos para conocer la historia real, la que correspondía a mi visión personal, o si no se puede reinterpretar de forma personal.
Foto izq. ‘The expected meeting. The life of the other’. Foto dcha. ‘La primera noche. Once upon a time’.
C.B. ¿Qué objetivos pretende alcanzar a través de sus creaciones? Y, tras estos años de una trayectoria profesional reconocida por diferentes becas, premios y menciones, ¿cree estar en el camino adecuado?F.B. Una pregunta difícil. Después de las recientes ferias de ARCO 2015 y JUSTMAD6 en las que me ha ido muy bien y de las que han surgido varias exposiciones, parece que si voy en el buen camino. Me ha costado afianzar mi estética porque en España, incluso en Andalucía hay una estética fotográfica muy concreta. La mía es muy barroca y a veces de una compresión compleja, por lo que hay que acostumbrar al público a este tipo de imagen. Ahora hay una mayor aceptación de mi trabajo, de las que son las dinámicas de mis estudios y proyectos personales.
C.B. Recientemente han dedicado un reportaje a sus últimos trabajos, con ‘The life of the other’, y rescatando otros anteriores como la serie ‘Once Upon a Time’ del 2009, en Advocate, una de las publicaciones del ámbito homosexual más importante a nivel internacional. En relación al definido carácter de los lectores de esta revista, ¿piensa que el público que valora especialmente su obra se adscribe a grupos concretos?F.B. Sí, claro, evidentemente. En el hecho de trabajar con temática de género, en muchas ocasiones homosexual, utilizo unos códigos más fácilmente descifrables por el colectivo LGTB. Desde estos parámetros hay una mejor apreciación por la identificación de este público con algunos personajes que se enfrentan a su condición sexual, que se plantean sus necesidades, afrontan a sus familias... porque se entienden y se parecen. Pero claro, esto a nivel de la comprensión de los temas que trato, a nivel estético cualquier persona puede entender y apreciar mi trabajo.
C.B. Su principal participación en una de las ferias de arte contemporáneo que acaban de celebrarse en la capital, JUSTMAD6, pasa por la propuesta de la Kir Royal Gallery que dedica su site specific a una de sus series, ‘Paragraph 175’. Un conjunto de fotografías de una fuerte plasticidad pictórica en la que destaca precisamente la ausencia de la figuración humana que viene protagonizando esencialmente toda su obra. En cambio, se suceden puertas cerradas y salas desiertas. ¿Por qué ese cambio de la figura humana como base formal de su fotografía a la ausencia de la misma?F.B. Trato el mismo tema pero visto desde otra perspectiva. Trato un acontecimiento histórico como fue esta represión contra el colectivo homosexual y la búsqueda de una vacuna por el gobierno nazi. El título se debe al párrafo en el Código Penal alemán en el que se tipificaba como delito ser homosexual pudiendo llegar a ir a la cárcel. El régimen nazi creó todo un programa de investigación médico para encontrar una vacuna. He localizado los sitios, los campos de concentración, en los que estos experimentos se llevaron a cabo, con un procedimiento mucho más documental y también más frío, un poco en la línea de la Escuela de Düsseldorf con una técnica y una iluminación muy controlada y una cierta frialdad respecto al tema al que se resta carga dramática.
Lo fácil hubiera sido contratar a mis actores y reproducir allí las escenas, para lo cual tenía permiso, pero caería así en una redundancia. En lugar de ello, hablo de los cuerpos que cada uno imagina y me parece más interesante y conceptual el hecho de no mostrarlos. La ausencia del cuerpo es la que trae su presencia. Se trata de una serie muy amplia, aún en proceso de construcción, ya que implica una labor de documentación muy intensa gracias a los fondos a los que me han dado acceso e irá evolucionando progresivamente.
C.B. De nuevo la homosexualidad como tema subyace en su obra, ¿en qué medida influye a la hora de plantear sus proyectos?
F.B. No lo utilizo como leitmotiv, pero siempre de alguna manera en todas las series subyace. No obstante, en un futuro, en las tres series que ya he disparado desaparece. Como es un tema que me atañe de forma personal y en el que tengo una mayor implicación con el personaje, se mantiene latente, pero ya deriva más en la violencia y quizás en la dicotomía del éxito-fracaso en la sociedad contemporánea, ¿hasta qué punto siguiendo mi teoría somos todos fracasados? Reflejo los cambios azarosos de la vida que la trastocan y cambian irremediablemente para siempre, que ya podemos observar en algunas series como en ‘The life of the other’.
C.B. En febrero se le ha concedido el Premio “El Público a las Artes Plásticas” otorgado por Canal Sur Radio del que se le acaba de hacer entrega el pasado 3 de marzo. Este reconocimiento a su carrera y trayectoria, así como al valor artístico de su obra, muestra la valoración de su propia región. ¿Qué opina sobre el panorama artístico andaluz y el apoyo que recibe por los órganos de poder así como de los medios de comunicación y otras instituciones de Andalucía?
F.B. Yo soy bastante crítico realmente, siempre muy combativo con los órganos de poder, porque juegan a simular que nos apoyan pero en realidad es todo lo contrario, nos usan para sus intereses: salir en los medios, buscar publicidad gratuita a través de nuestras inauguraciones... No pienso que haya tanta financiación y apoyo por parte de las instituciones públicas y no son conscientes de que esas becas económicas suponen una inversión, no un dinero perdido.
Un artista es capaz de generar muchísima riqueza, yo concretamente contrato peluqueros, maquilladores, carpinteros, necesito alquilar naves y espacios, transporte, laboratorios… La producción artística repercute, pues, en un gran colectivo y no se regala dinero, sino que es una inversión. Generamos cultura, un bien inmaterial sin el cual no podríamos estudiar la historia de las culturas, que reposa en gran medida en el legado artístico que han dejado aquellas que han desaparecido. Los políticos que gobiernan no son conscientes del valor de este bien inmaterial que creamos. Agradezco evidentemente que Canal Sur se haga eco y me dé el premio, pero soy muy crítico con las políticas llevadas a cabo por nuestros dirigentes. Sin los agentes activos que crean la cultura, los artistas, no habría ni consejerías ni ministerios de cultura.
C.B. Para terminar, ¿podría hablarnos de algún proyecto en curso o alguna de sus aspiraciones artísticas futuras?
F.B. Próximamente inauguro en Granada una individual en Casa García Viedma, en Armilla. El 10 de septiembre inauguro otra muestra individual de grandes formatos con la Dot FiftyOne Gallery de Miami, con la que ya había colaborado el año pasado en una exposición comisariada por la crítica de arte y comisaria Janet Batet y que tuvo una gran acogida. La serie expuesta en JUSTMAD6 se la ha llevado una empresa multinacional de nivel mundial que como requisito me ha impuesto que realice una exposición individual en su museo, en Berlín. Tengo otras exposiciones acordadas por ejemplo en Colonia y más proyectos que se irán materializando en las semanas próximas.
El trabajo que presentaré será completamente nuevo, me centraré a partir de marzo en producir toda la serie nueva, una fotografía expandida que se modifica hasta convertirse en escultura. Una evolución de ‘Paragraph 175’ que es muy larga, de hasta cuarenta o cincuenta imágenes, que se orientará hacia una hibridación entre fotografía y escultura. Mi pasado escultórico sigue latente y de alguna manera me está pidiendo salir fuera.
‘Paragraph 175’, Kir Royal Gallery, JUSTMAD6.
*Imagen de cabecera: Fernando Bayona ante su obra expuesta en el stand de la Kir Royal Gallery en JUSTMAD6.