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MIGUEL AZUAGA, EL ESPEJISMO DEL OTRO
por Ismael Ábrego Publicado el 04 de Abril de 2016

MIGUEL AZUAGA > Towards the other

Sala Santa Inés (Iniciarte) - Sevilla
Hasta el 17 de Abril de 2016


E
xiste un vocablo, proveniente de la escuela del idealismo alemán, llamado Zeitgeist -el espíritu del tiempo-. Se refiere al clima, al carácter, a la identidad de una era. Identidad que no es en modo alguno fija e inmóvil, si no mudable y transitoria. Es el rostro del devenir de la historia, que halla un reflejo especular en las vidas de sus actores, es decir, todos nosotros. O como diría Ortega y Gasset, mucho más sucinto, que todos somos hijos de nuestro tiempo, lo queramos o no. Esta mudanza continua afecta a nuestra identidad individual y colectiva, el ser humano gusta de lo estable y de lo predecible; dejar de ser y transformarse en una otredad, o verse reflejado frente a un extraño, no es un proceso placentero.

Es en estos términos de identidad, otredad, devenir y tránsito, con los que el artista malagueño y afincado en Berlín, Miguel Azuaga (Málaga, 1988), nos plantea un relato de viajes, no entendido tanto en el sentido geográfico del término, cuanto como excusa para interrogarse sobre dichas cuestiones. El punto de partida para el proyecto -de carácter personal y autobiográfico pero cargado de interpretaciones y polisemias que van más allá de su particularidad-, es la recuperación de la memoria de su abuelo y su experiencia como inmigrante español en la Suiza de los setenta. Para ello Azuaga visita personalmente dicho país, buscando los lugares físicos por donde aquel pasara cuarenta años antes; al mismo tiempo acude a fotografías antiguas de su familia, donde se encuentra cara a cara con él. De esta manera, entre estos cuatro intérpretes -el tiempo, el paisaje, su abuelo y él mismo-, busca generar un diálogo que interpele al espectador, que lo fuerce a establecer relaciones entre los significantes. La exposición, que combina fotografía, video e instalación, se articula en torno a tres proposiciones principales, cada una dividida en varias piezas separadas que con sus diferentes lecturas conforman el cuadro general.

En primer lugar están aquellas enfocadas en incidir sobre el concepto de viajero-tránsito. Fuera aún del espacio expositivo, -el cuadrilátero de la sala Santa Inés- encontramos ‘Revisados’ (2015), una pantalla vertical que muestra la página de un pasaporte donde aparecen sellos de aduanas mientras emite sonidos de megafonía; esta funciona a modo de introducción creando la atmósfera propia de un aeropuerto, lugar de paso y despersonalización por antonomasia. Entrando, en la pared derecha, se ubica una de las obras principales: ‘(E)state of Times’ (2015), compuesta por un video corto precedido por varios fotogramas extraídos del mismo; grabado con una cámara de video analógica -que lo dota de una sugerente atmósfera- muestra fragmentos de un paisaje que poco tiene que ver con la imagen idílica que solemos tener de aquel país. Vistos desde una ventanilla de tren se nos aparecen un cielo gris y plomizo, oscuros macizos montañosos, casas aisladas, lugares de paso, estaciones, pasarelas sobre vías, zonas industriales, construcciones; mientras la cámara pasea por estos lugares una voz superpuesta emite preguntas que no hayan respuesta.

Sobre la pared del fondo, en una larga balda de madera, encontramos un documento de identidad, un pasaporte y algunos objetos personales; -‘As if i was there #1’ (2015)- aparece aquí el viajero, al que por fin ponemos cara; aunque un análisis más atento nos indicará que las identidades del abuelo y el nieto parecen confundirse, las fechas, los nombres y los rostros no concuerdan. En el lado opuesto encontramos las partes que faltan para cerrar este primer capítulo, ‘Revisados #1 y #2’ (2015), otra fotografía con sellos de la aduana y dos pasaportes españoles, uno moderno y otro antiguo, confrontados. Dos Españas y dos realidades diferentes y vinculadas por un mismo estado de indeterminación y tránsito hacia alguna parte.

El segundo movimiento del discurso de Azuaga lo constituye ‘As if i was there #2 (2015)’ -que mantiene una vinculación con la instalación homónima situada justo detrás, en cuanto a que en ambas se establece una comunicación entre presente y pasado-. La integra un proyector de diapositivas y una pantalla donde se exhiben las mencionadas fotografías de su archivo familiar. Estas imágenes muestran las escenas propias que uno esperaría encontrar en este tipo de álbumes: posados con los amigos -sólo hombres, e inmigrantes españoles como él-, robados cotidianos, ocasiones especiales, etc… Ahora bien, con la salvedad de que han sido intervenidas por el artista, que se ha incluido dentro de ellas con total naturalidad, como si fuera uno más. Sólo en los ropajes o aún más interesante, en la fisonomía de los rostros, nos damos cuenta de que estamos ante un montaje, ante dos generaciones distintas y re-encontradas, aunque abuelo y nieto puedan tener edades similares las diferencias son evidentes. Aquí el discurso se desliza notoriamente por los cauces de la crítica y la reflexión sociopolítica y psicológica. Ahí están, lado a lado, la generación de la posguerra y la de los millennials. Y aquí, en esta reflexión, entra en el juego el tercer otro -que aunque ausente en la obra, está presente en nuestra conciencia impresionada por la actualidad diaria-, el inmigrante extraeuropeo, o más dramáticamente, el refugiado. Esta reflexión, cruce de comparaciones, de diferencias y similitudes que tal reunión de actores genera nos lleva al tercer acto.

Just wait’ (2015) es tal vez la pieza que más llama la atención al entrar en la sala. Este video estático, situado en el muro izquierdo y de grandes dimensiones, es también una obra difícil de interpretar dentro del conjunto de la propuesta, no porque sea especialmente críptica sino por todo lo contrario; porque se presta a diferentes explicaciones válidas, a diferencia de las demás cuya lectura es más manifiesta. La imagen, de gran belleza estética, alude directamente a la conocida obra del pintor romántico Caspar David Friedrich, ‘El caminante sobre el mar de nubes’ (1818). Con la misma pose y el mismo encuadre observamos al artista contemplar en silencio un paisaje de cordilleras nevadas, la misma tierra a donde su familiar llegó buscando tal vez una nueva identidad.

`Towards the other’ no afirma tanto como pregunta, ni muestra tanto como esconde, nos invita a leer entre líneas, a rellenar los huecos vacíos reflexionando por nosotros mismos. En síntesis podría decirse que el proyecto, en su conjunto, es una metáfora que gira en torno al concepto de incertidumbre e inestabilidad, inherentes estos a los tiempos actuales, formalizados en la retórica del tránsito y el migrante; más allá de conclusión que cada cual extraiga de ello, queda patente la necesidad que todos tenemos de, allá donde vayamos, llevar unas raíces; un refugio frente al viento y el frío. Tanto en el plano de las relaciones humanas como en el de tener una red sólida de principios, cimientos estos que están sujetos a gran erosión en la llamada modernidad líquida, siempre cambiante e informe.

PRESENTE CONTINUO - Sevilla (España) - 2015 - ISSN 2444-5231
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