* Imagen izq: D*Face en el CAC Málaga. Imagen dcha: exposición del propio artista, ‘Wasted Youth’.Sucede igual con el fenómeno del arte callejero en Málaga, impulsado por el programa MAUS desde sus inicios en el año 2013. Unos lo viven con entusiasmo, otros lo vilipendian y hay quien atrapa la oportunidad para sacar provecho. Como ya ocurriera en la película ‘¡Bienvenido Míster Marshall!’ de García Berlanga, gran parte de los malagueños se encuentran entusiasmados ante los aires de “modernización y progreso” que han embriagado la ciudad de cosmopolitismo en los últimos años. Porque MAUS (Málaga Arte Urbano SOHO) no es solo arte callejero, sino que forma parte de un proyecto artístico que aúna otras disciplinas y propuestas empresariales en pos de la regeneración de un barrio -perteneciente al centro histórico de Málaga- considerado en crisis.
La diferencia entre el pueblo retratado por Berlanga y Málaga, está en que el plan Marshall nunca llegó a Villar del Río, mientras que la ciudad andaluza ha experimentado cómo en unos tres años el plan para impulsar el barrio de las artes se ha ido materializando. Gracias, en gran parte, a la financiación europea dentro del Programa POCTEFEX (Programa Operativo de Cooperación Transfronteriza Fronteras Exteriores) y de la propia inversión realizada por el Ayuntamiento de Málaga. Así pues, todas las actividades culturales que engloban el MAUS tienen lugar dentro del SOHO, una zona céntrica que abarca la Alameda Principal, el Muelle Heredia y el cauce del río Guadalmedina. El director del CAC, Fernando Francés, junto a un grupo de gestores culturales coordinados a su vez por el OMAU (Observatorio de Medio Ambiente Urbano), son los principales artífices de esta iniciativa centrada en la transformación del barrio malagueño.
Son muchos los artistas de distintas disciplinas que han participado hasta hoy: fotógrafos, pintores plásticos, escultores, músicos y bailarines han dejado su huella en proyectos ideados para promover la cultura, como ‘Dispara-T’, ‘OKUPART’, ‘SOI Málaga’, ‘SMS Festival’ o ‘A pie de calle’. Pero es innegable que todos ellos son como planetas que orbitan en torno al street art, y su astro rey: Obey. La famosa intervención del americano Shepard Fairey ‘Paz y Libertad’ realizada en 2013, supuso el despegue de una nueva etapa, y puso el foco de atención en un programa de ambición internacional que se extiende hasta la actualidad.
Así pues, en la primera etapa se erigieron los pilares que lo sustentan: las diez grandes intervenciones en edificios de viviendas realizados por artistas urbanos procedentes de distintos lugares del mundo: Obey, D*Face, ROA, Dal East, Faith47, Dadi Dreucol, Boamistura, Andi Rivas y Pejac. Mientras que otros artistas habituados a trabajar mayormente sobre lienzo o papel, como Santiago Ydáñez, Manuel León, Jesús Zurita y Emmanuel Lafont dejaron su impronta en los denominados ‘Muros libres’, situados a pie de calle.
* Detalles de las obras de Santiago Ydáñez (izq.) y Jesús Zurita (dcha.) en la calle Tomás Heredia
Centrándonos en este año 2015, el proyecto ha retomado sus fuerzas en los meses estivales. Primero, tuvo lugar ‘OKUPART 2015’, una exposición que se caracteriza por situar las obras de distintos artistas en comunidades de vecinos y locales comerciales con el objetivo de producir un acercamiento entre la vida cotidiana y el movimiento artístico del SOHO. Esta segunda edición se prolongó desde junio hasta agosto de 2015, y contó con la obra de diez creadores: Chema Lumbreras, Almudena Fernández, Ignacio Estudillo, Alba Blanco, Paula Vicenti, José Seguiri, Agente Morillas, María Dávila, Rafael Alvarado y Cristina Lama.
Durante los mismos meses, un conjunto de artistas urbanos estuvo trabajando en las intervenciones de los laterales del río Guadalmedina. Felipe Pantone fue el primero de ellos, y se encargó de pintar el puente del Perchel haciendo uso de su habitual estilo. Javier Calleja en colaboración con Imon (Efrén), y por otro lado Okuda & Remed, realizaron los murales en el lateral este del río.
El grafitero o writer Ben Eine intervino el lateral oeste, realizando el mural más arriesgado. Su frase multicolor sobre fondo negro no termina de integrarse en el entorno, rompiendo por completo la armonía del lugar. Siendo esta la evidencia más clara de que no todo vale. Frente a él, un veterano del que tomar referencias: Kenny Scharf, quien basa su trabajo en la cultura pop y la ciencia ficción, convirtiendo así sus figuras fantasmagóricas en simpáticos personajes que se deslizan gracias a sus curvas sobre el muro y conviven con los grafitis previamente existentes.
* Intervención de Ben Eine en el Río Guadalmedina
Los grafitis de Reptilians y Egs, situados en el lateral este, aprovechan la forma hexagonal de la piedra para hacer de ella una especie de píxel. Las figuras, en este caso las letras, parecen dialogar con el muro hasta complementarse con la forma geométrica originaria. Otra de las intervenciones realizadas este verano en torno al río ha sido la de Imon sobre el muro del colegio Federico García Lorca. El artista combina los elementos naturales que existían previamente e integra a la perfección del mobiliario urbano, realizando una pieza acorde con la identidad el edificio.
Por último, otros dos gigantes se han asomado entre los edificios del SOHO para sumarse a la colección. Por un lado, Shepard Fairey vuelve a utilizar la figura femenina, en este caso una ‘Mujer fatal’ realizada con plantilla y dos colores cuya combinación resulta agresiva, el rojo y el negro, para sugerir todo lo contrario, la lucha por la paz. Por su parte, Okuda & Remed han elaborado un cadáver exquisito en el muro externo de un hotel que sugiere la forma de una mujer de naturaleza divina o Venus surgida de las aguas.
* Imagen dcha: intervención Okuda & Remed. Imagen centro e izq: ‘Mujer fatal’, Obey, esquina Calle Tomás Heredia
Pero el street art en Málaga se extiende más allá de los intramuros del SOHO. Actualmente, el francés C215 (Christian Guémy), expone en la Alianza Francesa ‘Sobre todo, los objetos’, una recopilación de obras plasmadas en diversos soportes que estará disponible hasta el 23 de octubre. Por el contrario, Dadi Dreucol, una de las firmas destacadas del MAUS, expone en el Palmeral de las Sorpresas ‘Hola, ¿puedo jugar’, encerrándose de nuevo, como ya hizo, por ejemplo, en 2014 con su exposición en el CAC ‘Dentro’. Dreucol experimenta con distintos formatos que sirven como puente entre la calle y el espacio cerrado, realizando obras pensadas para la sala, e incluso ofrece a los asistentes de la inauguración una performance protagonizada por dos de sus personajes característicos.
* Detalles de la exposición ‘Sobre todo, los objetos’, C215 en la Alianza Francesa Málaga
De nuevo aquí nos encontramos con otro punto conflictivo. El arte urbano nace ya siendo una forma de expresión incómoda, por su carácter subversivo, intrusivo y ligado al vandalismo. Sin embargo, cuando se encierra en un museo tampoco termina de adaptarse. Parece no caer del todo bien en ningún sitio. Vecinos, críticos, artistas y empresarios tienen sus propias opiniones al respecto, y las diversas voces alimentan un debate que no es nuevo ni exclusivo de la ciudad de Málaga.
Más allá de lo que sea agradable o no a ojos del espectador, se alzan cuestiones como qué es conveniente urbanísticamente: si las intervenciones respetan y potencian la identidad de la ciudad, o por el contrario el precio de situarla en el mapa del mundo supone una rebaja de la identidad y la propia memoria. Por otro lado, el arte urbano conecta con casi todo el público: tanto foráneos como lugareños acuden a la llamada de este movimiento que ha tomado impulso con apoyo empresarial. Lo que genera una contradicción respecto a los orígenes del street art, una expresión artística que surgió con el objetivo de incomodar y remover a través de un ejercicio considerado al margen de la ley. Aún así, este movimiento continúa provocando reacciones primigenias: incomodar y remover a quien mira.
* Intervención de Kenny Scharf en el Río Guadalmedina
* Imagen de cabecera: inauguración exposición de Obey en CAC Málaga