En el universo del arte contemporáneo existen -por fortuna- diferentes estratos, todos imprescindibles, y cada uno de ellos cuenta con sus propios agentes y sus propios modos de actuar. Se antoja hasta lógico que planetas más pequeños y satélites nuevos vayan tomando visibilidad y llamen a la puerta de un panorama cada vez más vivo que orbita en torno a ARCO. Precisamente, en estos días finales de febrero, en los que esta feria de arte contemporáneo convierte a Madrid en la capital del contexto artístico español, la ciudad se llena de citas alternativas e iniciativas novedosas que buscan hacerse hueco en ese sistema solar que desde hace décadas viene siendo alumbrado por ARCO.
Las primeras de estas ramas satelitales, transportaban el foco de atención a la calle Hortaleza, donde tuvo lugar JUSTMAD6, concretamente en el COAM (Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid). La entrada daba casi acceso directo a las obras de Alejandro Botubol (Cádiz, 1979). Su sugerente y colorida pintura ocupaba el
stand de Espacio Valverde, aunque los recovecos del propio espacio escondieran alguna sorpresa en conjunción con el otro artista expuesto, Robert Ferrer. Más adelante y enfrentados -por así decirlo- se encontraban Fernando M. Romero (Córdoba, 1978) y Javier León (Valencina de la Concepción, Sevilla, 1977). El primero copaba, gracias a su participación en la modalidad Just Projects, el
stand de la galería Siboney de Santander y con su obra instalativa, pero muy pictórica, lograba conformar un espacio muy conseguido, sin duda uno de los mejores de la feria. El segundo, con el logro de venir representado por una galería internacional como la lisboeta Trema Arte Contemporânea, mostraba su atractiva obra de valores táctiles y texturas delicadas. Por último, la Kir Royal Gallery de Valencia exhibía por segundo año consecutivo la siempre impactante pintura de Miguel Scheroff (Navas de Tolosa, Jaén, 1988) y casi escondía el interesante proyecto fotográfico específico de Fernando Bayona (Montizón, Jaén, 1980).
*Foto izq: stand de Fernando M. Romero. Foto cent: obras de Alejandro Botubol. Foto der: piezas de Javier León. En JustMad.Más arriba, en el número 87 de la calle, se podía -y debía- visitar la gran novedad de este año, CASA LEIBNIZ. En el Palacio de Santa Bárbara, nacía un microuniverso en sí mismo que apostaba por la contemplación y la exposición como tal, como posicionamiento alternativo al modelo de feria. Se trata de una propuesta coordinada por Cristina Anglada, con siete galerías afines, en la que artistas, galeristas, críticos y escritores componen un fructífero equipo global. En él han tenido cabida dos valores jóvenes andaluces que ya venían pisando muy fuerte. Ana Barriga (Jerez de la Frontera, Cádiz, 1984) exponía para la valenciana Espai Tactel y como bien dice ella misma «me siento muy afortunada de formar parte de Casa Leibniz. En estos días, destaca entre las demás por ser un proyecto ajustado a un espacio concreto» lo que da buena cuenta de la especificidad y la suma de recursos que supone esta iniciativa. En su caso, su proyecto pictórico, de fuerte y agudo análisis sobre la distorsión de la pintura actual, toma el nombre de `Hablemos de mañana´ (2015) y aprovecha de forma inteligente la estancia con chimenea de la que dispone para proponer un conjunto de piezas que bien podría formar parte del lugar donde se encuentran; tal como expresan sus palabras «investiga sobre las interrelaciones entre objeto y espacio».
En la planta superior, se podía encontrar la exquisita e íntima obra de Manuel Antonio Domínguez (Villablanca, Huelva, 1976), seleccionada por la galería Ángeles Baños de Badajoz. Su proyecto `Monoico´ (2015), que consiste en una delicada y sutil intervención pictórica sobre libros de botánica, mostraba a las claras la voluntad de profundidad y personalidad expositiva que buscaba el evento y la nueva dimensión temporal y de modos de hacer jóvenes que planteaba descaradamente. No es de extrañar que Casa Leibniz haya sido una de las sensaciones de la semana del arte contemporáneo en Madrid, incluso Hans Ulrich Obrist se acercó hasta el Palacio de Santa Bárbara invitado por Jacobo Fitz-James Stuart…
*Foto izq: entrada de Casa Lebniz. Foto cent: obra de Manuel Antonio Domínguez. Foto der: proyecto de Ana Barriga.Para seguir con las ferias, ARTMADRID cumplió diez años y lo hizo en su acristalada sede de CentroCentro Cibeles, junto a algunos invitados andaluces. Uno de ellos ha sido Miguel Ángel Moreno Carretero (El Carpio, Córdoba, 1980) que con sus fotografías y esculturas alusivas a la escala de la publicidad y el objeto cotidiano, volvió a mostrar parte del proyecto que ya expusiera hace escasos meses en la misma Galería La Fábrica de Madrid. También acudía a esta cita Rocío Verdejo (Granada, 1982), junto a la barcelonesa Art Deal Project -relación que comenzó en el festival granadino de fotografía, Pa-ta-ta 2013-, en este caso con `Crashroom´ (2014). Este cuidado proyecto fotográfico, según palabras de la autora «surge tras seis meses en un residencia de mujeres que sufrieron malos tratos, y su dura realidad se traduce a las vestimentas color “carne”, del daño físico, y blanco, de una buscada rehabilitación social desde cero». Además nos cuenta que en este mismo mes de marzo se expondrá en el espacio de la galería en Barcelona.
Ya en el programa general, se pudo encontrar las obras de Jesús Zurita (Ceuta, 1974) en el
stand de la galería alemana Marc Decoene Fine Arts. Sus pinturas se convertían en un oasis sugestivo y creativo en un entorno tendente más a las vanguardias históricas y su continuación, que a las ramificaciones del arte actual. Otra noticia positiva fue la presencia de la galería Patricia Acal, ahora afincada entre Madrid y Sevilla, y que, eso sí, presentaba cuatro artistas internacionales. La llegada de este tipo de galería a la feria confirma que se está convirtiendo en un buen reclamo para cierto tipo de compradores y/o coleccionistas, no obstante los dos artistas andaluces presentes en One Project, han obtenido durante su celebración importantes ventas: la colección Carmen y Lluis Bassats adquiría parte del proyecto de Moreno Carretero y la Fundación Cristina Masaveu de Asturias la foto más importante de esta serie de Rocío Verdejo.
*Foto izq: proyecto de Miguel Ángel Moreno Carretero, en el stand de La Fábrica. Foto der: obras de Jesús Zurita. En ArtMadrid.Pocos días antes tuvo lugar JÄÄL PHOTO, que este año se adelantó una semana para celebrar su tercera edición. Esta feria de fotografía que se sitúa en el plano independiente tuvo su sede, como es habitual, en el Hotel Mayerling, y sus habitaciones albergaron -nunca mejor dicho- la obra de tres jóvenes artistas andaluces: en la 303, Arturo Comas (Sevilla, 1982) y su serie `Todos vamos a morir´ (2014) para la madrileña Espacio Plano B; en la número 403, de nuevo la galería Art Deal Project presentaba otro años más a Rocío Verdejo con `Vestir santos´ (2014); y la 503 se convirtió en la habitación que hospedó el proyecto `A 153 cm´ (2014) de Verónica Ruth Frías (Córdoba, 1978), para Factoría de arte y desarrollo, también de Madrid.
Todos estos eventos intentan situarse y hacerse hueco ante el todopoderoso ARCO, y lo hacen aprovechando las lagunas que puedan atisbarse en la feria de las ferias en España. Al fin y al cabo, la adaptación al medio es muestra de observación e inteligencia. Si el “sol” alumbra sobre todo al mercado latinoamericano e internacional y al contexto madrileño, estas iniciativas buscan su nicho de acción en galerías y artistas periféricos o alternativos -por ahora- que redunden en el contexto artístico nacional. Eclipsadas o no, buscan complementar el panorama y apostar por valores de futuro para contribuir a su manera con el tejido y el mercado del arte actual. Y es que este universo debiera ser siempre un sistema en continuo cambio y desarrollo. Que estos satélites vayan gozando de más luz y sobre todo el hallazgo de nuevos y brillantes planetas abre nuevas posibilidades. Quizá, que todas ellas cuenten con una rica presencia andaluza no sea baladí.
