Casi pasando desapercibida, la ciudad se convierte en un inadvertido pero sempiterno generador de identidad a modo de palimpsesto urbano. Un punto de unión entre el pasado y el presente que se tiende a descuidar; una riqueza de matices que sirven para entender nuestro “hoy” pero que preferimos enterrar bajo la imposición de etiquetas banales y estandarizadas propias del turismo masivo. Así ha ocurrido con la mayoría de quioscos florales de la plaza Bib-Rambla, caídos en desuso y reciclados como tenderetes para el consumismo banal del excursionista de turno.
Con el objetivo de recuperar -al menos- la dignidad perdida de un equipamiento urbano tradicional, la Administración pública granadina -Diputación y Ayuntamiento- junto con la empresa de publicidad JCDecaux deciden llevar a cabo el ‘Proyecto Kiosko’. Dependiente y organizado por el Centro José Guerrero, esta iniciativa busca establecer un diálogo más directo con el habitante local, desbordando las paredes del propio museo y utilizando la calle como la herramienta más natural para la transmisión de la cultura y las reflexiones provenientes del arte contemporáneo.
De forma excepcional y para dar el pistoletazo de salida a la iniciativa, se invitó a Rogelio López Cuenca (Nerja, Málaga, 1959) artista con una dilatada experiencia en la intervención del ámbito urbano y con el que se inició una temporada que concluirá en septiembre de 2015. Este malagueño, cuya producción se caracteriza por su voluntad reivindicativa de fuerte trasfondo social, hace uso de palabras e imágenes sacadas de contexto y reutilizadas para dar pie a su propia reflexión personal.
En el año 2001 reunió en ‘Obras’ toda una década de actuaciones sobre el entramado urbano de Europa y América, un catálogo curiosamente publicado por la Diputación de Granada, donde ahora vuelve para presentar la muestra ‘Bibrramblabookburning. Memorial intermitente’ que permanecerá abierta hasta el 29 de marzo en los exteriores del quiosco central de la Plaza Bib-Rambla.
Siguiendo la línea de su trabajo, López Cuenca persigue una relectura del lugar, cargando la obra de resonancias concretas y vinculándola estrechamente a la especificidad del contexto. Con este site specific pretende convertir al viandante -el espectador fortuito- en participante activo, intentando generar en él ciertas inquietudes que le lleven a replantearse lo que acostumbra a tomar por cierto. Así, desde su habitual posicionamiento crítico, reflexiona acerca del “culturicidio”, tomando como punto de partida la quema de libros llevada a cabo en esta misma plaza por el Cardenal Cisneros hacia al año 1.500. De esta forma, como una enciclopedia por entregas, la muestra se va regenerando, renovando su apariencia exterior cada quince días. Estos cambios permiten una narración continua e ilustrada de las diversas campañas históricas llevadas a cabo contra la cultura, estableciendo puntos de unión entre el espacio físico y el comportamiento humano desde la Edad Media, pasando por los totalitarismos del siglo XX y hasta la actualidad.
Aunque ‘Proyecto Kiosko’ comienza pisando fuerte con la colaboración de un artista andaluz de amplio currículum internacional, sus aspiraciones reales son otras: convertirse en escaparate para artistas y comisarios emergentes seleccionados mediante concurso público. Aunque hasta el momento las bases del certamen no han sido reveladas de manera oficial -lo serán próximamente- la intención es clara: destinar el quiosco a la proyección del arte joven.
Como es lógico, todas las propuestas deberán adaptarse al espacio, teniendo en cuenta sus limitaciones pero también sus capacidades -que son muchas- para completar cada temporada con dos o tres actuaciones a lo sumo. Se premiará el carácter participativo con el transeúnte, así como la vinculación al entorno de alguna u otra manera.
En definitiva, revestir, transformar un elemento reconocido mediante herramientas más propias del marketing y la publicidad, convirtiéndolo en “monumento temporal” dedicado a la memoria histórica de Granada. Una apuesta valiente por el arte emergente en la ciudad y, sobre todo, por el disfrute público sin barreras.