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FRANCISCO BAENA: "El Centro José Guerrero es una obra colectiva. Siempre ha sido así y va a seguir siéndolo"
por Pamela Medina Publicado el 17 de Marzo de 2015

El coordinador de exposiciones del Centro José Guerrero, Francisco Baena, asumirá próximamente en comisión de servicio la dirección del mismo, para ocupar de manera interina la vacante que deja, tras 15 años en el cargo, Yolanda Romero. La trayectoria profesional de Baena, estrechamente vinculada al Centro y a la obra de José Guerrero, respalda la idoneidad de esta designación. Hasta que se realice abiertamente la pertinente convocatoria, será el encargado de velar por la continuidad -esta vez desde la dirección- de este proyecto indispensable no sólo para la salvaguarda del legado del pintor granadino, sino también para la cultura contemporánea andaluza en general.

Pamela Medina. Hace un par de meses se clausuró la retrospectiva de José Guerrero ‘The Presence of Black’ en el centro homónimo al pintor en Granada ¿Cree que esta muestra ha significado el cierre de una etapa y el comienzo de una nueva en la historia del centro y suya a nivel profesional?

Francisco Baena. Supongo que podría hacerse esa lectura, ¿por qué no? Como toda interpretación, al enfocar un detalle, al sobredimensionarlo, el titular hace que otros detalles pasen desapercibidos. Y a veces lo que se gana en expresividad se pierde en rigor. O sea, después de `The Presence of Black´ Yolanda todavía ha inaugurado como directora del Centro Guerrero `Monumento máquina´ de Jorge Ribalta, y está trabajando en el comisariado de la exposición que preparamos de Soledad Sevilla. La lógica del relato exige discontinuidades, cortes, dividir el flujo natural de los acontecimientos en etapas diferenciadas. Y dentro de estas, unas resultan más pregnantes, más “icónicas”, que otras. Así que sí, podría decirse así. No estaba planificado, pero se ha producido de un modo enunciable en esos términos.

P.M. ¿Qué balance puede hacer del pasado 2014 como año de José Guerrero, celebrado con motivo de su centenario y del cual esta exposición sirvió como magnífico colofón?

F.B. El balance general del centenario de Guerrero es muy positivo. Creo que, en el actual marco de dificultades económicas, hemos hecho realidad un programa que, siendo sensible a estas, era a la vez ambicioso. Un programa atractivo, equilibrado en los contenidos (exposiciones de fotografía, arquitectura y pintura, conciertos, proyecciones e intervenciones multidisciplinares), que además de ofrecer lo que nuestros visitantes esperan del Centro insistía en su voluntad de incorporar nuevos públicos, un programa sustentado en la investigación (`The Presence of black´, Rudofsky) y en la renovación de formatos (ciclo `40 cuadros en busca de voz´,`Proyecto Kiosco´). Un programa, en fin, muy bien valorado tanto por el público como por la crítica.

P.M. Tras 15 años en la dirección del Centro José Guerrero, Yolanda Romero deja con su partida un innegable legado del cual usted, además de ser partícipe directo, es el encargado de darle continuidad. ¿Qué aspectos destacaría de este periodo que termina? ¿Cómo influye este legado en su modo de afrontar este nuevo desafío?

F.B. El Centro José Guerrero es una obra colectiva. Siempre ha sido así y va a seguir siéndolo. Y no me refiero a la obviedad de que hay un grupo de personas trabajando para él, sino a que ese grupo trabaja en equipo y en un ambiente de diálogo constante. Aunque las tareas de cada cual están delimitadas, todos encontramos apoyo en los demás. Ventajas de la pequeña escala y de la sintonía personal. Si hay algo que destacar sería eso: la creación y consolidación de un excelente grupo humano muy comprometido con el Centro. Desde luego, mi propuesta es de continuidad: mantener y proteger el buen funcionamiento de ese equipo.

P.M. Según se ha informado en algunos medios, Yolanda se despidió de la dirección del centro no sin antes dejar estipulada, conjuntamente con usted, la programación para el 2015.¿Cómo se plantea enfocar la continuación programática del centro? ¿Nos puede anticipar algún tipo de renovación o novedad en torno a este tema?

F.B. El programa de 2015, en efecto, está aprobado por la comisión paritaria del Centro, que es su órgano de gobierno. Nuestro trabajo es velar por su correcto cumplimiento y buscar los recursos necesarios para hacerlo. Como la mayoría de nuestras actividades son de producción propia y esta exige bastante antelación, tenemos que avanzar en el programa. Para lo cual seguiremos los cauces establecidos y vigentes. Próximamente tenemos prevista una reunión de la comisión asesora donde se valorarán las propuestas y se propondrán las actividades para 2016. No puedo adelantar nada, pero sí confirmar que seguiremos trabajando en las líneas marcadas en el proyecto museológico del Centro.



*Foto izq: Francisco Baena junto a una obra de José Guerrero. Foto dcha: una sala del Centro Guerrero durante la exposición `The Presence of Black´

P.M. `Proyecto Kiosko´ es una iniciativa organizada por el Centro José Guerrero que consiste,a grandes rasgos, en utilizar un quiosco de una plaza de Granada como soporte o contenedor de una serie de intervenciones artísticas programadas. ¿Cómo surge esta idea? ¿Su realización apunta hacia un modelo de gestión a futuro cada vez más dispuesto a trascender los límites del propio espacio museístico?

F.B. Es una línea estratégica del Centro, sí. Siempre nos ha gustado experimentar. Tanto en contenidos como en formatos o en modos de gestión. El kiosco está muy próximo a la sede del Guerrero, en un espacio público muy vivo. Así que propusimos al Ayuntamiento, que hace unos años se sumó al Centro, que nos cediera uno de los que entonces no estaba en uso para desarrollar en él una actividad cultural programada por nosotros, y accedieron.

P.M. Y ya que próximamente se clausura la primera propuesta realizada en el contexto de `Proyecto Kiosko´ por el artista malagueño Rogelio López Cuenca, ¿cómo evaluaría estos primeros meses de desarrollo del proyecto?

F.B. El proyecto de López Cuenca, por su naturaleza, es polémico y yo creo que estimulante. En un primer momento puede decirse que pasa desapercibido para la mayoría, hasta que uno repara en él y advierte su extrañeza. Entonces lo mira con cuidado, y ve. Y la respuesta ya depende del observador. Va del entusiasmo al repudio, de la complicidad al malentendido. Lo normal. Es cierto que se despliega con cierta opacidad, no hay demasiada información sobre el objeto exterior a él, salvo un cuadernillo que lo explica a grandes trazos, repartido en el Centro. Pero el artista lo quiso así. Forma parte de la obra. Si uno examina su trabajo público verá precedentes y similitudes.
Evaluarlo en términos objetivables es difícil: al estar en un espacio abierto, a la intemperie, no podemos controlar los indicadores habituales (número de “visitantes” y análisis de los mismos [género, procedencia, edad, etc.]).

P.M. Paralelamente a su desempeño profesional en el Centro Guerrero, desarrolla una activa carrera como escritor, recientemente puesta en la mira por la publicación de su tercer libro. ¿Cómo compagina usted ambas vertientes profesionales, el arte y la literatura? ¿Cómo se retroalimentan entre ellas?

F.B. Me remito a lo que decía arriba, esta vez aplicándolo a mi vida: toda mi actividad, mi inactividad, mi experiencia, mi inexperiencia, mis deseos, mis temores, mis filias, mis fobias, mi percepción, mi juicio, mi saber, mi no-saber, todo lo que sea y no sea se entremezcla. Las separaciones son arbitrarias. Cuando escribo ficción, mi trabajo influye tanto en ella como mis lecturas en los informes que escribo en la oficina.

P.M. Por último, ¿cómo valora la situación actual del arte andaluz y del arte contemporáneo granadino en particular? En todas sus dimensiones y tanto a nivel regional, nacional como internacional…

F.B. No quiero ser pesado y discutir los sintagmas “arte andaluz” y “arte contemporáneo granadino”, así que entiendo que me pregunta, en sentido amplio, por las obras y discursos artísticos producidos en nuestra tierra o por artistas de aquí. Y le diré que lo veo bien, intenso, inspirador, cada vez más cosmopolita. Observo que, probablemente por pura necesidad de supervivencia, cada vez hay más autores con presencia internacional entre los que cuentan cuarentas o menos. Ayer estuve hablando con Miguel Ángel Melgares en la inauguración de Emmanuela Soria; ahora va a venir a verme Paco Pomet, hace unos días me encontré con Miguel Ángel Tornero y Carlos Aires. Son solo un puñado de ejemplos, pero todos ellos se mueven con naturalidad de un país al otro y son reclamados por galerías, museos, comisarios o editores de cualquier parte. Creo que es la actitud adecuada en la escena artística global.


*Sala del Centro José Guerrero.

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PRESENTE CONTINUO - Sevilla (España) - 2015 - ISSN 2444-5231
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