El Centro de las Artes de Sevila (CAS) arrancó su temporada de exposiciones el pasado mes de septiembre con la inauguración de la muestra de la artista multidisciplinar Mar García Ranedo (Sevilla, 1966), titulada `La imagen negada, aproximación incompleta a una realidad insinuada´, que llega a su fin para dar cabida a otros proyectos artísticos. En ella pretende analizar, según sus propias palabras, las sintaxis de la representación y la comunicación desde el mensaje electrónico, la cita, la palabra escrita, el dibujo y su estructura representacional. A pocos días de su clausura mantenemos una conversación donde le preguntamos por su faceta como artista y profesora, sobre las obras expuestas actualmente en el CAS y sus próximos trabajos.
Aurora Muñoz. ¿Cuando y por qué decidió dedicarse al arte?Mar García Ranedo. Tengo la sensación de haber convivido con el arte desde siempre, no puedo hablar de comienzo en términos datados.
A.M. Además de su faceta como artista es doctora en Bellas Artes y profesora de Discursos Expositivos y Fotografía en el Departamento de Dibujo de la Universidad de Sevilla. ¿Se puede vivir sólo del arte? ¿Qué le produce mayor satisfacción, su trabajo como docente o crear proyectos artísticos y materializarlos?
M.G.R. Entiendo el arte como mecanismo de subjetivación y no de motivación mercantilista, desde el arte podemos construir subjetividades que en otros contextos serían incómodas e inaceptables, por lo tanto, es un ámbito desde el que situarse críticamente y ejercer la libertad. Por otra parte, el concepto libertad resulta impreciso dado que la institución acaba abarcándolo todo, este es un mundo dominado, vigilado y bajo control. En el contexto arte, como en la universidad o como en cualquiera de las realidades que cohabitan socialmente, se dan todas esas contradicciones que traslado o procuro trasladar como docente en la medida de lo posible: educar y deseducar al mismo tiempo o des-artistizar en cualquier caso, pero en todo momento manteniendo que hoy día el artista como productor no distingue entre modos de producción (desde la obra como dispositivo para la puesta en pie de otras subjetividades, al papel del productor como docente, analista, activista, etc.).
A.M. Sus obras tienen un marcado trasfondo conceptual que va más allá del propio medio que utiliza, suelen ser el reflejo de un universo de simbolismos y alegorías. ¿Con qué fin recurre a ellos?
M.G.R. Parto de que cualquier imagen desde su visualidad y en su interrelación con la colectividad (sea esta cultural o popular) deviene una forma de almacenaje de contenidos simbólicos. El arte contemporáneo es, en sí, mismo un sistema simbólico de lectura, de crítica, de análisis y de poesía del mundo que representa.
* Vistas de la exposición
A.M. El Centro de las Artes de Sevilla acoge, desde el pasado 17 de septiembre hasta el 14 de noviembre, la exposición titulada `La imagen negada, aproximación incompleta a una realidad insinuada´, donde se presenta su trabajo más reciente. La muestra la componen tres series fotográficas, una serie de dibujos realizados con tinta china y una proyección videográfica. ¿Qué nos podría contar sobre la muestra, de forma más general?
M.G.R. Podría decir que en general las obras conjugan en común ideas que tienen que ver con el deseo de afianzar lo transitorio o lo efímero. Cuando de lo que se trata es de afianzar un momento aleatorio o casual sólo podemos hablar de la constatación del propio acto de afianzar y por tanto su forma es alegórica, como en el caso de los dibujos. Las fotos y el video escapan de esa eventualidad y consiguen afianzar la narrativa en forma de relato. Paralelamente, en las series, todas las imágenes están tratadas como hipertextos. Con ello pretendo analizar, por un lado, las sintaxis de la representación, por eso la ordenación de las imágenes en esas estructuras pictográficas, y por otro, la comunicación desde el mensaje electrónico, la cita, la palabra escrita, el dibujo y su estructura representacional.
A.M. A la serie de fotográfias las llama "fotosecuencias". ¿Qué busca representar con ellas?
M.G.R. En las series fotográficas, de ese continuo que es el tiempo, sometemos a la observación y a la mirada un momento concreto: una cita concertada que da lugar a un emplazamiento. De ahí que la sucesión de imágenes procuren poner en pie cierta inscripción del movimiento, del desplazamiento, como si se tratase de un acontecimiento temporal, es decir, una suma de momentos o instantes que describan una determinada duración. Es un intento de acercar desde lo fotográfico cierta experiencia de lo fílmico. Al igual que en el cine los fotogramas, estas fotosecuencias dan corporeidad a la captura de determinados instantes, construyendo un juego relacional con los sujetos en escena, formulando un modo de visibilizar el mundo, a personas anónimas, a sus necesidades de relacionarse, es decir, a mostrar la apariencia de la vida.
A.M. `Correspondencias´, la serie de 35 dibujos a la que también se refiere con el nombre de `Capilografías´, ¿es de alguna forma la continuación del proyectó que ideó para el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo de Sevilla `Capilografías II´?
M.G.R. Llamo `Capilografías´ a los dibujos del pelo con los que juego a crear una opción de grafía. En las obras pertenecientes a la serie mostrada en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, las `Capilografías´ se establecían en el papel de forma organizada, generando ritmos. En ellas la duración era transcrita desde la acción de dibujar en un tiempo determinado. La serie estaba compuesta por doce dibujos de gran formato, cada uno recogía la acción de dibujar los ritmos de los pelos durante en un mes. La serie titulada `Correspondencias´ está formada por 35 capilografías y un texto que las nomina. Esta serie organiza los dibujos en una presentación lineal en el espacio de la pared, creando una fila, o varias, a modo de renglones superpuestos unos sobre otros. La secuencia debe ser leída de izquierda a derecha como si se tratase de un texto. Ese vincular los dibujos a un texto, a una frase, pone en pie la controvertida relación entre ambos lenguajes: desde que enuncio algo respecto al dibujo deja de ser el dibujo para pasar aquello que se dice con palabras creando cierta ambigüedad. La serie propone de este modo entorpecer la creencia de entender como estáticos los modos de lecturas de las imágenes, en este caso dibujadas.
A.M. La figura de la mujer y los feminismos son temas recurrentes en sus piezas. La proyección `El señuelo´ narra la dificultad de la introducción de la mujer en el ámbito museístico. ¿Con qué finalidad? ¿Es su obra una reivindicación con la que pretende representar o dar visibilidad a un colectivo?
M.G.R. El vídeo aborda el relato histórico acerca de cómo el museo, a lo largo del siglo XX e incluso en el XXI, mantiene diferencias en cuanto al género en los programas expositivos y en las adquisiciones de obras para sus colecciones. Llamando la atención en los modos en que dichas mediaciones, como productoras de ideologías y promotoras del valor universal del arte como institución, enmarcan y visibilizan modelos de construcción del imaginario cultural desde un orden masculinista, patriarcal y racista, silenciando la producción artística de artistas mujeres y de color. Desde el museo se valida y legitima como arte cualquier producción cultural. Esta mediación se conforma como una estructura institucionalizada para la transferencia del conocimiento, pero en el ámbito de las subjetividades en torno a la raza y el género ha sido reduccionista por regresiva y particularista además de incompleta.
*Serie Correspondencias
A.M. Como hemos visto, esta muestra reúne diferentes disciplinas artísticas. ¿Qué medio le resulta más idóneo o la hace sentir más cómoda a la hora de reflejar su ideario?
M.G.R. La cuestión disciplinar tiene más que ver con una lógica de la representación de la narración y de articulación de la propuesta discursiva que con una preferencia técnica a priori, al menos en mi caso.
A.M. En el catálogo de la exposición menciona teorías filosóficas, de más de una decena de pensadores, que giran en torno al instante, la duración, a la "Imagen-Tiempo". ¿De qué manera están representados estos conceptos en las piezas de la exposición? ¿Es la filosofía una fuente importante para la creación de sus trabajos?
M.G.R. Conceptos como el movimiento o el tiempo aparecen en los trabajos seriados, incluso en el vídeo. El movimiento de las imágenes es el atributo específico del cine, dado que la imagen fílmica se sustancia bajo la forma del movimiento, si bien, la fotografía es esencialmente inmóvil, es justamente la detención del tiempo o la congelación de una acción. Sin embargo, continuamente nos referimos a dichos conceptos como consustanciales a la experiencia espiritual del ser contemporáneo, de ahí que a menudo los exploremos desde múltiples ámbitos. En las obras que muestra la exposición me he inspirado en la exploración, acerca del tiempo y del movimiento, de algunos pensadores para, en este caso, trasladarla a la imagen fija. De cualquier modo, el arte, desde una perspectiva contemporánea, aunque también histórica, tiene una orientación multidisciplinar; podemos hablar, por poner dos ejemplos, de la relación entre el arte y la literatura o el arte y la psiquiatría desde el siglo XIX, por lo que las relaciones disciplinares no son tanto un apoyo como un régimen de conexiones vigentes.
A.M. Un artista suele estar en continuo proceso de evolución y desarrollo. ¿Nos podría adelantar algo sobre lo que esté trabajando en la actualidad? ¿Tiene alguna exposición cerrada o quizá algún proyecto en mente?
M.G.R. Trabajo en varias direcciones: sigo un continuum con el análisis de la ciudad actual y los modos de relacionarnos, de comunicarnos, desde la imagen fotográfica. Por otra parte, en estos momentos estoy trabajando con lecturas biográficas de mujeres silenciadas en su época y hombres que se presentan como patrones perfectos del genius locio, lecturas que desde un análisis crítico, organizan el imaginario de la memoria colectiva y una interpretación regresiva de lo sagrado y lo femenino.
*Vista panorámica de la exposición