JOSÉ MANUEL BALLESTER > Trasfondos
Hospital Real - Granada
Hasta el 8 de abril de 2015
Aquello que está o parece estar más allá del fondo visible de una intención o de una acción humana. El trasfondo es una realidad inherente a la presencia del hombre, ya que resulta imposible desligar la historia de su contexto. Podemos pensar en el atrezo de un escenario teatral, el espacio en el que los actores desarrollan la trama dramática. La utilería que se emplea para ambientar la escena no es protagonista, y sin embargo, es imprescindible.
Sobre la escenografía, el ámbito y el lugar a lo largo de la Historia del Arte reflexiona `Trasfondos´ de José Manuel Ballester (Madrid, 1960), una exposición que reúne distintas series y una amplia variedad de trabajos realizados entre 2005 y 2015.
`Contenedores´ (2005) y `Librerías´ (2005) abren la exposición, dos series que indagan en la frontera que divide lo abstracto de lo figurativo. Estos estudios fotográficos de gran formato son ejercicios de aproximación a la geometría abstracta, y hablamos de "aproximación" porque el artista no rompe definitivamente con el tema figurativo. Ballester contrapone ambos lenguajes con el objetivo de hacer visible su interrelación, la necesidad que el uno tiene del otro. En este ámbito, cabe destacar las dos fotografías verticales de la serie `Contenedores´. Situadas en los pilares de acceso a la segunda sala -lo cual ya genera una división visual-, a la izquierda observamos una imagen nítida en la que podemos distinguir perfectamente una torre de containers o depósitos, mientras en la derecha la misma imagen queda desdibujada, como si un velo de niebla se hubiera interpuesto entre el espectador y la fotografía. Precisamente ese "fino velo" es el que el artista utiliza para definir la distancia/cercanía de la abstracción/figuración, y a pesar del interés que pueda suscitar el tema, ambas series son preámbulo de lo que vendrá: la serie `Espacios Ocultos´ (2008), un trabajo más atractivo, diferente y con mayor presencia en la exposición.
Hablar de Historia del Arte es hablar de antropocentrismo, ya sea por la presencia ineludible del artista o de la figura humana en la propia obra. La labor creativa ha sido un continuo ininterrumpido en el tiempo, que ha permitido a mujeres y hombres contar su propia historia, ser protagonistas de ella. La visión que José Manuel Ballester propone es completamente distinta: la historia de los lugares en los que ocurrió la historia, valga la redundancia. En `Espacios Ocultos´ el artista hace desaparecer la figura humana de obras tan emblemáticas como `El Jardín de las Delicias´ del Bosco o `La Última Cena´ de Leonardo Da Vinci. Ante el espectador, únicamente la arquitectura, el paisaje, el sitio. Las lecturas son múltiples: es una reflexión sobre el espacio arquitectónico, sobre la evolución de la perspectiva en el ámbito pictórico (Giotto, Fra Angelico, Jan van Eyck, ...); también es un modo de generar atmósferas siniestras, espacios íntimos en los que ha ocurrido algo que desconocemos; y por supuesto, una manera de aniquilar al hombre robándole su propia historia. Todas las interpretaciones son plausibles, lo que resulta evidente es que el artista ha apelado al bagaje cultural o memoria retiniana del espectador, pues todas las obras son reconocibles a pesar de su modificación. También el título en las cartelas ha sido modificado de acuerdo a la ausencia humana, así `Las Meninas´ de Velázquez se transforma en la `Estancia Real´. Todos los detalles son cuidados de acuerdo a ese gran vacío.
En una tesitura completamente diferente se encuentran las series `Nocturnos sobre Broadway´ (2006) y `Variaciones a partir de Mondrian´ (2013). Mientras la primera serie indaga en la relación abstracción/figuración citada anteriormente, en este caso tomando como tema la ciudad de Broadway durante la noche (las luces, el movimiento,...), la segunda serie propone un conjunto de reinterpretaciones bastante facilonas sobre una de las composiciones del magnífico Piet Mondrian. La deconstrucción y construcción que lleva a cabo Ballester no va más allá del puro interés por el ritmo compositivo en el espacio, una experimentación infinita basada en la alteración de la normativa del maestro, y por lo tanto, no convence. La guinda del pastel la pone un pequeño videojuego que invita al espectador a generar su propia composición al más puro estilo De Stijl, un "hágalo usted mismo" bastante desfasado.
En conjunto, `Trasfondos´ repite fórmulas anticuadas y teorías ya superadas. Si bien `Espacios Ocultos´ resulta un trabajo de interés por su monumentalidad y la curiosidad que suscita en el espectador observar algunas joyas de la Historia del Arte sin rastro humano, el resto de series desorientan al visitante y no revelan soluciones auténticas sobre el arte o sobre nosotros mismos. El desacierto mayor reside, sin duda, en el montaje expositivo que obvia por completo un hilo argumental, tan necesario para el espectador.
Quedan en el tintero, por desgracia, los mejores trabajos de Ballester. Esas fotografías del paisaje urbano en continua transformación, la ciudad moderna non finita, en construcción permanente y siempre en potencia de convertirse en algo grandioso. Quizá en otra ocasión el público granadino pueda disfrutar de estos trabajos.