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ANTONIO PÉREZ: NARCISO ANTE EL ESPEJO
por Ismael Ábrego Publicado el 18 de Febrero de 2015

ANTONIO PÉREZ > Zoo

Colectivo Imagen - Fuengirola
Hasta el 13 de marzo de 2015

Un padre va con sus hijos al zoo un domingo por la mañana y allí visitan a los chimpancés, entonces, entre el ruido de la chiquillería, entusiasmada con las crías de monos que responden a sus bromas con diversión, el padre se fija en un gran simio sentado solemnemente en la parte superior de la jaula, con el pelo canoso y la expresión impasible. En ese momento sus miradas se cruzan y el tiempo se para, de repente se da cuenta de que había algo mucho más profundo de lo que parecía a primera vista y de que la escena entera se había vuelto especular.

¿Quién se encontraba a cada lado de aquellos barrotes? Esta pregunta surge de una confrontación, de un juego de contrarios, de una oposición que al mismo tiempo es un vínculo y es precisamente este concepto el quid del trabajo de Antonio Pérez (Tarifa, 1970), un fotógrafo de fuerte compromiso social y humano que ha recorrido medio mundo descubriendo similitudes y denunciando diferencias, pero nunca sin perder el humor, lo que es uno de sus elementos más característicos tanto en su trabajo como en su persona.

Comentemos dos de sus últimos trabajos: ‘Reciclantes´ (2014-15) y ‘Nuevas postales desde Marrakech’ (2014). El primero en Ghana, en uno de los mayores vertederos de África donde van a parar los desechos tecnológicos del primer mundo para ser despiezados y reutilizados sin ningún tipo de seguridad ni control, -aquí encontramos de nuevo una oposición -las dos velocidades del mundo, y un vínculo -la globalización-. Allí Antonio tomó retratos de sus habitantes introduciendo ya un elemento exógeno: mientras unos sostenían una tela neutra, otro en medio de la misma era fotografiado descontextualizado del deprimente paisaje, siendo capturada la escena al completo con la reflexión subsecuente. En Marrakech, por otra parte, puso el foco en el contraste que se produce entre el mito romántico, la expectativa del tópico y la realidad de una ciudad viva, tan tradicional como moderna, y lo hizo mediante la inclusión de fragmentos de postales turísticas en el mismo plano fotográfico.

En este nuevo proyecto, expuesto en el Colectivo Imagen (Fuengirola), Antonio Pérez vuelve a utilizar este mismo recurso para tratar una problemática tanto ética como profundamente antropológica y para ello, recorre distintos zoos desde Burkina Faso hasta Japón pasando por Valencia. Allí, busca a los primates, se pone de espaldas a ellos y de frente a los espectadores e introduciendo un pequeño espejo en la imagen consigue fundir a unos y otros en un collage coherente. Dejando el obvio sentido humorístico al lado, nos encontramos que, uno frente al otro, se sugiere muy sutilmente que la sapiencia de ambos homínidos puede ser más cuantitativa que cualitativa, quedando evidente la cercanía y el nexo que tenemos con nuestros primos evolutivos, lo cual es también bastante cómico, pero de una forma mucho más refinada y crítica con nosotros mismos como especie.

Y es que parece que como Narciso, de tanto mirarnos al espejo nos hemos olvidado de quiénes somos y de en qué mundo vivimos, seducidos por el reflejo de nuestro poder hemos confinado y acotado la naturaleza, pero a veces toca bajarse del pedestal y como ahora, en la mirada apacible de un gorila reconocer que tal vez nos hemos dejado un saber tan simple como verdadero en el camino. Antonio nos pone ahora ese espejo delante de nosotros con una fotografía que resistirá muy bien el paso del tiempo, un trabajo que es tan sencillo en su apariencia como profundo en su concepto, un poco como aquella verdad del simio.

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PRESENTE CONTINUO - Sevilla (España) - 2015 - ISSN 2444-5231
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