PABLO CAPITÁN DEL RÍO > Aguanieve, -sensación de
Comisario > Jesús Alcaide
Galería Art Nueve - Murcia
Hasta el 30 de mayo de 2016
Durante muchos años, Ciencia y Arte fueron de la mano, siguiendo un mismo camino donde una se servía de la otra. Reflejo de ello fue el siglo XVIII, donde la creación de museos y colecciones de ciencias naturales se convirtió en algo muy común. A finales de esta época las producciones artísticas regidas por las reglas de la anatomía y realizadas por parte de numerosos artistas tuvieron un gran apogeo. Este tipo de obras, normalmente figuras de cera de cuerpos o partes de este, tuvieron un importante uso en los estudios universitarios y científicos. Destaca la figura de Clemente Susini (Florencia, 1754-1814), quien, con sus esculturas de cera no solo se limitaba a mostrar el cuerpo muerto sino que, a través del gesto y la expresión hacía de estas piezas verdaderas obras. Pero, llegado un momento, quizá por la propia autonomía conseguida por el arte, esta disciplina se desvinculó de su rama más erudita para seguir su propio trayecto. Al igual que pasaba antaño, Pablo Capitán del Río (Granada, 1982), fuertemente influenciado en su infancia por el ambiente científico que se respiraba en su familia, consigue aunar de nuevo estas dos vetustas disciplinas. De una manera muy diferente a aquella de Susini, pero sí mediante el mismo modo, crea una serie de procesos científicos que generan la obra de arte y le dan sentido. Una conjunción mediante la cual el tiempo nunca se detiene.
Bajo la dualidad subjetiva del título de `Aguanieve, -sensación de´, el comisario Jesús Alcaide (Córdoba, 1977) articula en la Galería Art Nueve de Murcia un conjunto de obras de Pablo Capitán del Río relacionadas todas ellas en torno al tiempo. Estos trabajos del artista andaluz, que trascurren entre el 2013 y la actualidad, combinan desde la fotografía hasta las instalaciones en diferentes materiales. Unas obras donde a través de la ciencia y la poesía se crean diálogos temporales.
La temporalidad se muestra presente en toda la muestra. Un era presente, pasada y futura. Un tiempo que no finaliza nunca y que continúa modificando la obra. Un tiempo determinante, real. En algunas de sus obras, como en `Efigie VI. Las mejores intenciones´ (2015) o en `Tiburón´ (2016), Pablo Capitán juega con los procesos inacabados. De esta manera otorga al tiempo la capacidad de decisión sobre el destino final de sus obras. El ejemplo más claro es el de `Efigie VI. Las mejores intenciones´ donde el ácido aplicado sobre la cerámica desprende unas sustancias que provocan el óxido de la figura en bronce del gato, cuyo cromatismo varía con el paso de los días.
En otras de sus obras, el proceso temporal sucede durante el desarrollo creativo, es decir previo a la finalización de la obra. En estos casos el artista únicamente muestra la evolución de la obra en un periodo, ya sea de la larga o breve duración. Es el caso de `El Cebo´ (2013), una escultura donde se suceden las diferentes fases de la maduración de una piña, o de la serie fotográfica `Venus de Willendorf escindida por semillas´ (2013), donde mediante la creación de una réplica de la famosa venus muestra como esta se agrieta hasta romperse por el efecto de germinación de la semillas que introduce en su interior.
No es menos importante resaltar que, en estas dos formas de presentar los procesos de creación, influenciados por el tiempo y sus fases, el artista granadino trabaja en torno a dos fórmulas diversas. En ocasiones, la producción en sí surge después de la consumación de la obra, o mejor dicho, después de la disposición de los diferentes elementos
[1]. El tiempo hará su trabajo y decidirá sobre resultado final. Sin embargo, en otros casos es el proceso que se produce previo a la creación el que da la base al artista para generar la obra
[2]. El tiempo actúa sobre la materia y, con el resultado obtenido, el artista dispone su composición artística.
En definitiva, estamos ante una exposición dinámica, cambiante y capaz de evolucionar por sí misma con el devenir del tiempo. Este juego conseguido por el artista, hace de su obra un trabajo elaborado y meritorio donde convivir en un tiempo presente, valiéndose del pasado y perdurar en un futuro. Es evidente que el trabajo y el proceso que se esconde detrás de la producción artística de Pablo Capitán del Rio le permiten presentar sus series sin ningún tipo de tapujos y con el convencimiento de lo realizado. Obras sustentadas en ideas científicas que convierten el arte en algo imprevisible. Sin duda, una apuesta personal y segura por parte de la Galería Art Nueve, que continúa con su idea de fomentar y favorecer la difusión de los artistas jóvenes y de esta manera crear una base y un tejido desde el cual ir avanzado hacia el futuro.
[1] `Efigie VI. Las mejores intenciones´. Diversos materiales. Escultura/Fotografía 2015. `Tiburón´. Materiales diversos. 2016
[2] `El cebo´. 120 x 280 x 240 cm. (aprox.) 2013. `Venus de Willendorf escindida por semillas´. Impresión fotográfica sobre papel de algodón. 2013.