Actualmente no se entiende un futuro sin tecnología, sin innovación o sin originalidad. Pero no debemos olvidar que desde antaño lo tradicional ha sido una fuente de inspiración muy importante en la Historia del Arte. Lo original no tiene porque ser lo nuevo, sino que, a veces, es más importante (incluso rompedor) la alteración de lo establecido, la reinterpretación. Es por esto por lo que tomando como referente aquellos elementos representativos de cada estilo o siglo, numerosos artistas contemporáneos han ido desarrollando su obra. Sin olvidar nunca donde están, pero sabiendo de donde vienen. Este es el caso del artista Antonio Montalvo (Granada, 1982), que parece sobrevivir en un oasis asediado por lo tendencioso.  

 

Iniciado en una pintura minimalista, con grandes dotes de realismo, el artista andaluz presenta en esta exposición, bajo el nombre de `Lo Ajeno´, un género pictórico conocido por todos, el bodegón, pero con una interpretación personal que hace de sus actuales obras un conjunto más poético que las anteriores. Las composiciones que presenta Montalvo son obras de varios tamaños, desde formatos de no más de 19 x 22 cm., `Nuez rota´ (2012), hasta otros de mayor tamaño como `Rompiente´ (2015) de 190 x 257 cm. Del mismo modo que durante el barroco, presta especial atención a la iluminación y a la distribución de los objetos, consiguiendo con esto, al igual que entonces, una serenidad y mesura a la hora de contemplar las naturalezas muertas. La gran diferencia, o evolución hablando en términos modernos, es el importante peso dramático que contienen tras de sí los objetos observados.

 

Estos bodegones se llenan de elementos como animales (vivos o disecados), cáscaras, el mismo cuerpo humano e incluso astas, que cargan conceptualmente la composición. Cada obra es concebida como si de un escenario se tratara. Lo dramático se esconde detrás de cada pintura del artista granadino, el cual se siente tremendamente atraído por esa luz tenue de los teatros y las atmósferas saturadas. Todo lo que aparece sobre el lienzo es lo que parece ser, lo conocido, pero tras ello se oculta algo más. A través de estos elementos perturbadores utilizados por el artista, el espectador, que observa la obra con sensatez y tranquilidad, queda sobresaltado una vez que descubre lo que se esconde detrás. Un momento para la reflexión personal que atrapa al observador.

 

El autor juega con el sentido clausurado de las cosas, con el silencio, ocultándonos información sobre lo que vemos y haciendo que entremos a formar parte de un ámbito desconcertante. Aún sabiendo que es real, no se conoce el verdadero estado de lo que refleja, si se encuentra vivo o muerto, si es natural o artificial. Esto hace que la muerte, entendida como cuerpo inerte, tenga una gran importancia. De una manera innata, el ser humano tiende a elucubrar sobre lo que ve y no comprende, siendo esto acrecentado si aquello que se vislumbra en el lienzo se encuentra inmóvil, solo quedando pensamiento para la muerte, es decir, para la ausencia de vida.   

 

La importancia de mantener vivos estilos o formatos artísticos pasados es incondicional. Artistas como Montalvo no solo hacen que perdure la tradición, sino que muestran una considerable formación y profesionalidad al ser capaces de reinterpretar de esta manera el pasado, algo que no es nada fácil. El espacio que proporciona la Mustang Art Gallery es diáfano y abierto. Con un total de diez obras, queda cubierto por las obras del artista repletas de elementos comunes pero, a su vez, extraños a la cotidianidad del continente que les alberga. El nombre de la exposición `Lo Ajeno´ casa, en este caso, con la idea de introducir el arte en un hábitat extraño para él, como lo es la sala polivalente donde se ubica. Sin embargo, de esta manera se consiguen acercar diferentes disciplinas artísticas a la sociedad con el fin de que ésta sea partícipe de aquello que en muchas ocasiones se le supone extraño y "ajeno", para que si quisiera, pueda también disfrutar de sus ventajas.